Ficha de información:
Originaria de: Puebla de los Ángeles
Egresada de la Universidad Iberoamericana golfo centro de la licenciatura en diseño textil en 1993
Posgrados: Maestría en Artes Plásticas en UNARTE, egresada en 2011
La obra artística de Virginia Priede es resultado de tres elementos que ella misma ha definido a lo largo de su vida: su memoria, su energía y su fuerza.
El primero de ellos explica quién es, de dónde viene. Hija y nieta de textileros poblanos, recuerda con entusiasmo las pacas de algodón sobre las que jugaba cuando niña, vivencia que marcaría su futuro, pues despertó en ella una creatividad que iba más allá de entender los hilos como una oportunidad de negocio: ella los veía, nos dice, como la materia prima que le hizo posible expresarse.
El segundo, concentra sus preocupaciones, anhelos y motivaciones. Lo que la mueve es, por un lado, la comprensión, aplicación y rescate del conocimiento ancestral de lo textil en México y, por otro, su combinación armónica con las nuevas prácticas en esta rama del arte a nivel internacional.
Su fuerza, es decir, las creencias de las cuales nace su impulso son: la disciplina en el trabajo, la constante autosuperación, la incansable búsqueda de nuevas experiencias, el respeto hacia el pasado y el optimismo hacia el futuro.
¿Cómo fue tu preparación académica?
Siempre he dicho que mi preparación académica fue emocionante e intrigante. Emocionante por todos los conocimientos que adquiría cada día e intrigante por todo aquello que ignoraba aún. Siempre he creído en la formación permanente del ser humano, es decir, no creo que el crecimiento personal deba empezar o acabarse dentro de un aula. Me defino como una exploradora.
¿Como fueron mis primeros años de actividad artística?
En realidad, mucho de lo que hoy es tendencia, fue eje de mi trabajo desde recién egresada de la universidad. En mis años de estudiante, recuerdo vívidamente haber cursado muchas materias que abordaban la importancia del textil tradicional mexicano. Por otro lado, en mi interior crecía un marcado interés por los materiales que podrían reciclarse. Creo que tengo un talente restaurador.
Mi obra en esa época temprana ya estaba marcada por ambos elementos: me propuse rescatar el gusto por el textil tradicional mexicano, conjugándolo con mi interés por reutilizar. Ambas preocupaciones están muy presentes en nuestra sociedad actualmente. A partir de la última década, la gente en México y en el mundo profesa una creciente admiración por las técnicas ancestrales de bordado, tejido y teñido, del mismo modo que se ha abocado a proteger el medio ambiente.
Escuchar hoy en día esto en boca de todos (el gusto por la ecología y tradición), me transporta a mis inicios y me llena de satisfacción haber sido una de las grandes pioneras en el país de todo un movimiento artístico. Mi tesis de licenciatura fue puesta a examen en 1993 y se titula: “Tapetes para la clase media en México con materiales reciclados y diseños del textil tradicional”; creo que con eso digo todo.
¿Cuál es el motivo de tu inspiración artística?
Actualmente, mi vena de arqueóloga, es decir, mi pasión por encontrar y comprender el conocimiento ancestral sobre maneras de hilar, tejer, teñir, bordar y anudar, haciendo uso de materiales naturales, pervive, pero en los últimos años he dirigido mis esfuerzos hacia la investigación e incorporación de nuevas fibras en mi obra, por ejemplo, fibra de vidrio, así como otros materiales sintéticos luminosos.
En pocas palabras, mi fuente de inspiración proviene de la pasión por lo ancestral y la curiosidad por el futuro.
¿En qué técnicas te has especializado?
Me gustaría responderte esta pregunta en el mismo orden como se lleva a cabo la fabricación de cualquier textil:
Los hilos que más encontrarán en mis piezas son el algodón, el yute y la lana. Sobre esto me gustaría contarte una anécdota: en 2013 gané una beca del gobierno español para realizar una residencia artística en el Centro de Producción Artística y Multimedia de Barcelona.
Para la realización de mi proyecto, tomé el volante para ir a Oaxaca a aprender, por primera vez, cómo hacer yo misma los hilos con los que había trabajado toda mi vida. Con mis manos iba jalando hasta crear la tensión, densidad y torción que deseaba; nada de mecánica o ingeniería, todo artesanal como lo hacen los pueblos originarios de la zona desde hace siglos.
Ya en Barcelona, lo intervine con los movimientos artísticos que están en boga allá y el resultado de todo esto, bautizado como las piezas hibridas, lo expuse en la galería NauART en Barcelona; en el Museo de Arte Virreinal de Taxco y en el Museo del Ayuntamiento de Puebla.
Ahora bien, en cuanto al tejido, las técnicas que más he desarrollado a lo largo de mi carrera han sido el llamado tejido plano y de Jacquard. Por otro lado, la fase de teñido es una de las que más refleja las técnicas y tintes naturales que he aprendido del textil tradicional mexicano: la cochinilla en sus diferentes tonalidades, el cempasúchil, y un sinfín de hierbas en estado de putrefacción que me enseñó la Maestra Leticia Arroyo -quien es la directora del Jardín Botánico de la UNAM e imparte clases magistrales en CDMX o Taxco- son las principales responsables de la tonalidad verdosa en mi acervo.
Otra de mis grandes fortalezas ha sido el estampado en sus distintos procesos. Es común que coloque bloques de madera a la vieja usanza prehispánica para dar relieve a determinada pieza; también, recurro a la serigrafía constantemente y, de un tiempo para acá, he introducido muchos diseños digitales con la ayuda de la fábrica La Providencia, en Tlaxcala.
Con los nudos también experimento mucho. Nudo egipcio y el macramé son mis mejores aliados en esta fase y bueno, a todo esto, hay que sumarle el baje en el manejo de telas y otras fibras que poseo de mi familia.
¿Qué es el arte textil?
Significa pintar con hilo y esculpir volúmenes con todo tipo de fibras. Es una de las expresiones artísticas más antiguas de la humanidad.
En algunas culturas ha tenido mayor arraigo que en otras, como la árabe, la turca, la hindú, la china, la flamenca, la española o portuguesa -en buena medida gracias a la influencia morisca en la península ibérica durante ocho siglos- y, por supuesto, en Latinoamérica, especialmente en México, Perú o Bolivia.
¿Qué variaciones tiene el arte textil?
Se le suele agrupar por regiones geográficas más que en movimientos específicos, pues a lo largo de la historia los materiales y estilos habían sido muy definidos en cada cultura, además de que había mucho secretismo entre países por razones comerciales. El ejemplo más celebre de esto fue la crianza y el manejo de la seda china, la cual fue un secreto de Estado durante siglos.
En la India aplicaban mucho el Batik sobre algodón, una práctica de teñido que consistía en ponerle cera a ciertas partes que no se querían pintar, dejando que las anilinas ocuparan las zonas no enceradas. Esto también generó una tradición muy particular.
De los árabes, hemos heredado el gusto por las alfombras, sobre todo las persas y de los flamencos, o sea de los actuales belgas, los tapices.
Cada cultura aficionada a las fibras aportó celosamente algo al resto, sin embargo, el arte textil contemporáneo ha sido el responsable de romper, entre otras muchas cosas, con las barreras que impedían la comunicación entre todas estas tradiciones, generando una corriente artística ecléctica que toma de aquí y de allá. Es todo un mestizaje nacido de la globalización de la cual el arte también ha sido objeto como cualquier otro ámbito del desarrollo humano… yo formo parte de esta nueva manera de entender las cosas.
¿Qué significado tiene en la cultura mexicana?
Sin duda, México ha sido una de los grandes aportadores para el mundo, ¿Qué le ha dado nuestro país? Los coloridos bordados; esos que nos identifican como nación; esos que los extranjeros compran sin falta cada que pisan nuestra tierra; esos que ves reinterpretados en la nueva colección de Carolina Herrera y que causaron tanta polémica. Los tapices típicos mexicanos, tan diferentes a los belgas, de igual forma son parte del rostro textil de nuestro país.
Antes de la industrialización los bordados, tapices y prácticas textiles mexicanas eran tan cotidianas que poca gente podía darles crédito, no obstante, hoy, con la pérdida acelerada de todos estos conocimientos, incluso entre los pueblos originarios, ha habido una revalorización de todo el trabajo artesanal.
Sobre esto, hay una pregunta que ronda en la cabeza de todos los que nos dedicamos a esto: ¿qué es artesanía y qué es arte? En el ramo textil, como en muchas otras ramas del arte, el factor determinante radica en la posibilidad de replicarlo seriadamente. O sea, la artesanía puede repetirse, mientras la esencia del arte es “lo único”.
¿En qué proyecto trabajas actualmente?
Estoy trabajando con estas fibras luminosas de las que hable para mi próxima exposición de instalación textil y arte objeto en el Museo de San Agustín en la ciudad de Oaxaca, la cual, por cierto, fue una fábrica textil.