La última vez que Seth Rogen hizo una película ambientada en el mundo de la política, fue un poquito escabroso.
“The Interview” (“La entrevista”), que Rogen protagonizó, codirigió y produjo, desató la ira del líder norcoreano Kim Jong-un, llevó a uno de los hackeos empresarios más nocivos de la historia estadounidense y le generó un enorme lío a Sony Pictures. El escándalo llegó a los más altos niveles del gobierno, incluidos el entonces presidente Barack Obama y su secretario de Estado John Kerry.
El lanzamiento de “Long Shot” (“Ni en sueños”) ha sido mucho más tranquilo. Las reseñas son excelentes, ningún dictador la ha atacado, y esta vez el secretario de Estado es ficticio.
Charlize Theron interpreta a Charlotte Field, una secretaria de Estado glamorosa adicta al trabajo que se lanza a la presidencia. Contrata al desaliñado pero dedicado periodista interpretado por Rogen como redactor de discursos. Juntos, son una pareja dispareja de pantalones de vestir y pantalones cargo. Contra todo pronóstico, el filme equilibra un relato profundamente gracioso con un romance dulce y sincero.
Theron y Rogen podrán parecer una pareja improbable, pero como mostraron en una entrevista reciente en la que hablaron de las políticas de género tanto en Hollywood como en Washington, tienen una química natural basada en la honestidad y la autocrítica.