Ante el contexto que atraviesa el país, la Anáhuac Puebla ha fortalecido mediante herramientas digitales, su estructura académica, sus planes de formación integral y sus experiencias internacionales, para que la comunidad que la integra, inicie este semestre en una entidad sólida y enfocada en las necesidades actuales.

“En una pandemia uno tiene dos tipos de opciones, encerrarse y después salir a ver qué pasó o de acuerdo al modelo formativo Anáhuac ver desde mis circunstancias qué puedo hacer por otros”. Fotos: Guillermo Pérez
“En una pandemia uno tiene dos tipos de opciones, encerrarse y después salir a ver qué pasó o de acuerdo al modelo formativo Anáhuac ver desde mis circunstancias qué puedo hacer por otros”. Fotos: Guillermo Pérez
Fotos: Guillermo Pérez
Fotos: Guillermo Pérez
“En una pandemia uno tiene dos tipos de opciones, encerrarse y después salir a ver qué pasó o de acuerdo al modelo formativo Anáhuac ver desde mis circunstancias qué puedo hacer por otros”. Fotos: Guillermo Pérez
“En una pandemia uno tiene dos tipos de opciones, encerrarse y después salir a ver qué pasó o de acuerdo al modelo formativo Anáhuac ver desde mis circunstancias qué puedo hacer por otros”. Fotos: Guillermo Pérez
Fotos: Guillermo Pérez
Fotos: Guillermo Pérez
Fotos: Guillermo Pérez
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¿Cómo se está desarrollando la Universidad Anáhuac este regreso a clases de forma digital?

El mudo ha cambiado, el mundo hoy nos demanda que tengamos una habilidad y una destreza mejor desarrollada para poder atender las demandas de todo tipo, de información, de conocimiento, formativas y ese el mundo al que la Anáhuac se ha venido enfrentando en los últimos años.

Este hecho de transformarse digitalmente no empezó en el primer trimestre del año, realmente nosotros ya teníamos una trayectoria importante de venir impartiendo educación a distancia, educación en línea. Lo que sí sucede ahora es que tuvimos que acelerar todos los procesos para que todo el modelo formativo y toda la programación académica se pudiera dar de esta manera.

Hemos rediseñado prácticamente entre 700 y 800 materias diferentes, que son las que abarcan toda nuestra oferta académica de licenciaturas, posgrados y educación continua. Las hemos intentado enriquecer y adaptar para que sean más asequibles en un contexto digital. Han sido pasos muy importantes, por un lado, está esa transformación y por otro hemos procurado acompañar a nuestros catedráticos para que comprendan esta dinámica.

¿Cómo está funcionando el contacto entre la comunidad universitaria?

Yo creo que la digitalización permite muchas cosas que antes en lo presencial no podían darse. El ejemplo que pongo por excelencia es la internalización. Anteriormente obtener ponentes internacionales implicaba toda una logística, hoy eso es mucho más fácil porque el ponente no tiene que trasladarse y estamos aprovechando esto.

La ventaja también es que está generación de estudiantes son nativos digitales, entonces es mucha más sencilla para ellos la conectividad global, no hay sorpresa con estas herramientas. Claro que siempre se corre el riesgo de quedarse únicamente en pensar que la formación integral se da únicamente por transmitir un conocimiento y el modelo de la Anáhuac que es de formación integral ha buscado que todas las experiencias que conlleva nuestro modelo se puedan experimentar a pesar de la distancia en esta versión online.

Eso nos ha implicado un esfuerzo importante por repensar las prácticas universitarias, las experiencias de arte y cultura, de los programas de liderazgo, de la vida universitaria como tal que enriquecen enormemente la experiencia de estudiar en una institución como lo es la Anáhuac. Estamos contentos, vemos que es un proceso todavía de aprendizaje y siempre estamos en comunicación con nuestros profesores y alumnos para seguir enriqueciéndonos mutuamente.

¿Qué soporte ofrece la universidad a su comunidad para sobrellevar esta situación de cambio derivado de la pandemia?

La Anáhuac fiel a su vocación social, en los últimos meses echó a andar un centro de respuesta, Anáhuac Covid, y desde ahí tuvimos una serie de proyectos que estuvimos desarrollando para que nuestra comunidad, profesores, docentes, administrativos y estudiantes de todos los niveles, pudiesen encausar un poco su preocupación y tuvimos programas desde chicos dando clases de inglés a alumnos de escuelas públicas y privadas que necesitaban ayuda, hasta una importante donación de 20 mil objetos entre caretas, cubrebocas, gafas y lentes.

Una de las líneas que tuvo gran demanda fue la de atención psicológica. En nuestra Escuela de Psicología dispusimos que la clínica pudiese atender a muchas personas, por un lado en salud, donde nuestros médicos dieron consulta a distancia, monitoreo de casos Covid que había que atender y reportar a la Secretaría de Salud, y por otro en atención psicológica, donde vimos que fue una etapa de altas y bajas emocionales de muchas personas. El confinamiento tiene diversos efectos en las personas y se van manifestando de maneras distintas.

En estos tiempos de cambio en todos los sentidos, ¿qué tipo de alumno, de ciudadano, de líder sigue ofreciendo la Anáhuac?

Nosotros siempre hemos dicho que formamos líderes de acción positiva, estas personas que por la forma en que viven sus convicciones, transforman su entorno a través del servicio, pero hay que prepararlos para que tengan las herramientas para servir en un entorno completamente diverso al que teníamos hace un año.

A lo largo de la historia, este tipo de pandemias a pesar de las crisis que generan, hacen que la sociedad evolucione. Aquellos que pueden hacer frente a estas circunstancias y tiene la fortuna de salir adelante tienen aprendizajes profundos y eso es lo que nosotros hemos querido hacer, aprender de esta experiencia para adaptar a nuestros estudiantes.