Marc Jacobs lo hizo de nuevo. El diseñador cerró la Semana de la Moda de Nueva York con un golpe de energía creativa, estilo puro y visión.
El miércoles por la noche, en un desfile que generó elogios del mundo de la moda, la visión de Jacobs incluyó no sólo a casi 90 modelos en prendas ingeniosas, sino también a más de 50 bailarines coreografiados por la veterana de la danza contemporánea Karole Armitage.
Entre los bailarines y las modelos retorciéndose, marchando e incluso corriendo por la enorme pasarela de madera en el Park Avenue Armory, y el público tratando de decidir dónde mirar, no es de sorprender que muchos se perdieron la sorpresa de la noche: un cameo de la estrella pop Miley Cyrus, que desfiló en brasiere y pantalones negros con guantes hasta los codos y un abrigo con estampado de cebra.
Jacobs, que suele cerrar la Semana de la Moda, llamó su espectáculo “Caos y forma”.
En una declaración impresa repartida a los presentes, escribió que se inspiró en “la imagen deteriorada de una Nueva York esfumándose que prevalece — ahora extranjera y exótica en su extinción, por siempre mítica y elegante con su belleza, promesa, brillo y valentía”.
Dijo que quiso establecer un contraste entre este y su último desfile, una revuelta de color y diseños elaborados que terminó con él girando y bailando al ritmo de “Dream a Little Dream”. “Como una desviación de la extravagancia de la última temporada … esta colección enfatiza el control, la calidad de las telas, confección y proporción, el valor de la simplicidad y la atemporalidad”, escribió.
Los invitados entraron a una armería oscura y cavernosa donde encontraron sillas dispuestas alrededor de pequeñas mesas redondas, como si fuera un club nocturno.
El show abrió con un foco de luz en el suelo desnudo. Entonces, apareció Armitage, la coreógrafa de 65 años que ha sido llamada “bailarina punk”, vestida en ropa de danza negra. Pronto le cedió el paso a una falange de modelos, las primeras ataviadas de pies a cabeza en un solo color: amarillo brillante, o rosa claro, o beige, o blanco. Todas marcharon con determinación por la tarima. Y de pronto un grupo de bailarinas apareció, algunas apenas en ropa interior, con guantes largos y tacones altos.
Mientras las modelos iban y venían entre la audiencia, las bailarinas se retorcían y ondulaban; se sintió, de manera apropiada, como una escena urbana caótica. Gradualmente la ropa se fue volviendo más sofisticada. La modelo Gigi Hadid apareció en un traje de cuero blanco, con medias blancas, zapatos de tacón blancos y una capa roja. Karlie Kloss, supermodelo y jueza de “Project Runway”, lució una elegante falda larga con una blusa manga larga.
Una modelo usó algo que parecía un enredo de cintas rojas en la cabeza. Hubo minivestidos de lentejuelas estilo años 60 y una doble de Jackie Kennedy en un vestido largo de lentejuelas con una capa y guantes blancos hasta los codos. Hubo dos vestidos deslumbrantes — uno rojo y uno blanco — que parecían hechos con rosas de seda cosidas entre sí.
Hacia el final de la velada, las bailarinas acudieron en masa a donde estaba la audiencia, danzando y dando vueltas entre las mesas. Las modelos, en tanto, se formaron fila en la pasarela. Jacobs apareció tras ellas, abriéndose paso entre dos modelos para mirar fijamente a su público.
Y entonces no bailó ni hizo giro alguno. Simplemente golpeó el suelo con un pie, y las luces se apagaron.