Ocho de los mejores ilusionistas del mundo impactaron al público de México al realizar sorprendentes actos de levitación, lectura mental, hipnotismo y escapismo como parte del espectáculo “The Illusionists”.

En el Teatro Telcel, más de mil espectadores fueron testigos de la magia que los artistas ejecutan sobre el escenario con aparente facilidad.

Se trata del aclamado espectáculo de Broadway que se presenta en esta ciudad para cerrar su gira anual el próximo 23 de junio con la participación de Sabine Van Diemen (La Hechicera), Aryel Altamar (El Mentalista) y Joaquin Kotkin (El Surrealista).

Además, sobresalen los actos de Florian Sainvet (El Manipulador), Leonardo Bruno (El Alquimista), Aaron Crow (El Guerrero), Matt Johnson (El Escapista) y Mark Kalin (El Anfitrión).

Narrar cada una de las suertes significaría acabar con el factor sorpresa del arte del ilusionismo, pero cabe destacar la participación de Aaron Crow (El Guerrero), quien escoge al azar a tres personas del público para colocarles o darles a sostener diversos objetos.

Después de vaciarse cera caliente en los ojos, se los venda y se cubre toda la cabeza con un papel metálico para luego agujerar una bolsa de papel de estraza con arena. También rompe una tabla de unicel y corta una piña con un machete. Todo esto sin ver absolutamente nada.

Aunque a través de la pantalla el público puede observar cada una de las presentaciones, siempre es mejor tener al alcance de los ojos y de manera directa cada uno de los trucos de los artistas que requieren años de preparación para lograr ejecutarlos con éxito.

Matt Johnson protagoniza uno de los actos más sorprendentes de toda la función, pues realiza un número que al mismo Harry Houdini le daba miedo hacer.

El escapista desafía a la muerte sin ocultarse detrás de una tela. Sus asistentes lo esposan y atan su cuello con una cadena. En menos de dos minutos sumergido en un tanque de agua, Matt deberá abrir los candados para soltarse y salir del contenedor.

Todo esto aguantando la respiración y luchando por su vida. Dice que puede aguantar dos minutos bajo el agua y si es más tiempo, podría morir. Al final tardó 3 minutos con 7 segundos para desatarse. Pensando que quizá no lo lograría, los asistentes estaban nerviosos y las manos les sudaban.

A la vista del público y durante los 20 minutos que dura el intermedio, Aryel Altamar (El Mentalista) hipnotiza a un total de 30 personas. Ellos caen encima unos de otros mientras permanecen sentados y se les ve en un sueño profundo.

Están concentrados en relajación, por eso se les ve sueltos”, explica el ilusionista, quien poco después los hace tocar la batería, la guitarra y sentir que están ofreciendo un gran concierto de rock.

Sin embargo, no todo es alegría. Minutos después, les dice que su compañero de al lado huele muy feo, que es el aroma más nauseabundo, con lo que casi los hace vomitar. Asimismo, los pone a bailar a ritmo de Michael Jackson y los Ángeles Azules.

La noche transcurre amena y llena de magia. Los espectadores creen que lo visto en el escenario es real, pero solo los ilusionistas saben la verdad de todo lo que hacen y eso los convierte en los mejores del mundo.