Por: José Luis Sedeño
Aunque a estas alturas muchos ya deben estar familiarizados con el término “Streetwear” me parece importante detenerme en este punto para entender la etimología de la palabra y entender su origen de manera un poco más clara.
Viene de la unión de dos palabras del idioma inglés, Street: refiriéndose de manera literal a la calle y a lo relacionado a la misma y Wear: haciendo alusión a la indumentaria, ropa, artículos del vestir.
Por lo tanto, podemos traducir el concepto como ropa callejera, o ropa de calle; y su esencia es así de sencilla, indumentaria creada para el día a día en la ciudad, ropa cómoda que permite el trasladarse de un lado a otro sin mayor complicación, ropa versátil y sin pretensiones, o al menos eso era en un inicio.
STREETWEAR HOY
Streetwear no es un fenómeno nuevo, en realidad ha existido durante casi 40 años. Sin embargo, es en las últimas temporadas que la estética una vez humilde se ha trasladado con éxito a los niveles más altos de la moda, estableciéndose como una fuerza a tener en cuenta. Desde el uso de joggers como si fueran jeans hasta celebridades que constantemente eligen hacer apariciones públicas con ropa deportiva por sobre todo lo demás, resulta que la ropa de calle es mucho más que una tendencia o una fase.
Las marcas de diseñadores como Balenciaga, Vetements y Off-White, se han convertido en algunos de los contendientes más popular de la industria y no parecen dejar el podio en un futuro cercano.
Pero ¿cómo resultó que lo que alguna vez fue un movimiento subversivo y subcultural solo seguido por surfistas y skaters ahora influye en toda la industria de la moda, desde la calle hasta el mercado de lujo? me resulta sumamente interesante el presenciar cómo no sólo han ido cambiado nuestros gustos, sino como un pequeño movimiento se hizo tan grande.
¿En qué momento las camisetas con estampados comienzan a tener un valor más alto que la seda, el cashmere o el cuero italiano?, la definición de «lujo» se ha convertido en un concepto difícil de entender con claridad. Nos hace preguntarnos ¿dónde se encuentra el verdadero valor?
STREETWEAR EN TIEMPOS DE INSTAGRAM
La razón por la que esta subcultura parece estar experimentando su apogeo en este momento es porque estamos viviendo en la era de Instagram, centrada en la imagen. La fuerte estética de Streetwear permite que la tendencia haga ruido en las redes sociales. Y a medida que los compradores más jóvenes comienzan a favorecer la unicidad sobre la artesanía, desaparece el deseo de lujo tradicional.
Instagram es ahora el medio más importante para la moda, pocas marcas de la industria se han mantenido al margen de introducir logotipos y gráficos de streetwear, consolidando la estética y reforzándola con el creciente mercado de influencers y celebrities promoviendo un lifestyle que aunque en la mayoría de los casos, irreal y totalmente aspiracional, logran llegar a un mercado joven ávido por elementos que denoten unicidad, que sean llamativos y que generen un impacto visual bastante elevado.
A medida que las casas de alta costura aprovechan cada vez más esta tendencia creciente de las redes sociales, la moda urbana está ocupando un espacio cada vez más amplio e imponiéndose por sobre el resto.
OPINIÓN
Si bien, no puedo negar la fuerte estética del streetwear y a decir verdad disfruto el ver cómo en algunos casos han logrado integrar y entremezclar elementos formales urbanos con artículos de lujo y viceversa, casos en los que realmente nos entregan productos entrañables donde se percibe un verdadero proceso de creación, una excelente calidad de materiales y un gran nivel de maestría en la manufactura, por otro lado hay casos en los que se notan hechos al vapor, sin una verdadera identidad ni razón de ser y a esto sumémosle que no siempre tienen el mejor diseño y/o calidad en su ejecución, muchas veces sólo están justificados por un post o story.
Debemos informarnos y tratar de ser consumidores educados y aprender a discernir entre estos dos casos, obtener lo justo por lo que estamos comprando y fomentar lo que realmente genere valor a la industria.