Reconocido con el Certificado de Ospitalità Italiana

Hay restaurantes que cocinan con ingredientes, y hay otros que lo hacen con historia, herencia y memoria. En el corazón de Angelópolis, donde los aromas del espresso y la salsa pomodoro te hacen dudar si sigues en México o ya estás en algún rincón de la Campania, Donato Cammarano ha logrado lo que pocos: convertirse en un auténtico referente gastronómico de Italia en Puebla.

Y no es un decir. Este restaurante fue recientemente reconocido con el Certificado de Ospitalità Italiana, una de las máximas distinciones gastronómicas otorgadas por el gobierno de Italia a aquellos lugares que no solo sirven platillos tradicionales, sino que encarnan los valores culinarios, culturales y de hospitalidad italianos con absoluta fidelidad.

Este galardón, respaldado por Unioncamere, el Instituto Nacional de Investigaciones Turísticas (ISNART) y las cámaras de comercio italianas alrededor del mundo, certifica oficialmente a Donato Cammarano Ristorante con la Autenticidad de Restaurant Italiano en el Mundo. Pero detrás de la certificación hay una historia que merece contarse.

 

Del sur de Italia a las mesas poblanas

Todo comenzó en Roccadaspide, una pequeña localidad de Salerno, al sur de Italia, donde nació Donato Cammarano poco después de la Segunda Guerra Mundial. Su familia, en busca de nuevos horizontes, se mudó a Livorno, en Toscana, y fue ahí donde Donato comenzó a forjar su camino entre ollas, sartenes y recetas centenarias, perfeccionando su técnica en Pistoia y Viareggio, dentro de los mejores restaurantes de la región.

Movido por su espíritu aventurero, llegó a México en 1965. Y aunque cambió de continente, nunca dejó de cocinar con el alma. Su primer trabajo en tierras mexicanas fue en el molino de Don Miguel Priante, y poco después se integró al icónico restaurante La Góndola del Zócalo, junto a Don Gonzalo Pría. Más adelante, su talento brilló en el restaurante de Don Esteban Luna, también en el corazón de Puebla, y continuó su trayectoria en los restaurantes del Contador Don Rafael Moreno Valle y Don Benjamín Cruz. Su huella también quedó grabada en el Hotel Agua Azul, de la familia Hinterholzer, en el Hotel Lastra y en el entrañable Mesón del Ángel, de Don Eduardo Lastra.

Fue en 1969 cuando su sueño personal tomó forma con la apertura de su propio restaurante. Desde entonces, Donato Cammarano no solo ha servido comida: ha ofrecido una experiencia que atraviesa generaciones, convirtiéndose en un punto de referencia para los poblanos que buscan sabores reales, sin atajos ni artificios.

Una pasión heredada

En 2006, el gobierno del estado de Puebla reconoció la trayectoria de Donato con una distinción especial en el marco de los 475 años de la fundación de la ciudad. El homenaje no solo celebró su talento culinario, sino su contribución cultural y humana al tejido social poblano.

Hoy, la historia continúa con Cesare Cammarano, su hijo, quien ha tomado las riendas del restaurante sin perder ni un ápice de autenticidad. Él mismo elige los ingredientes, muchos de ellos traídos directamente desde Italia: harinas napolitanas, prosciutto di Parma, pastas artesanales, cervezas, café espresso, limoncello y una carta de vinos que recorre toda la geografía enológica italiana.

Cada platillo que sale de la cocina es una carta de amor a la tradición. Cada copa de vino, un brindis a la perseverancia de una familia que ha sabido conservar el sabor de casa, a miles de kilómetros de distancia.

Un reconocimiento que sabe a gloria

La ceremonia de entrega del Certificado de Ospitalità Italiana se celebró en la sede cultural de la Embajada de Italia en México, con la presencia del Excmo Embajador de Italia en México Alessandro Modiano, el Presidente de la Cámara de Comercio Italiana en México, Lorenzo Vianello, el Vicepresidente Francesco Brocchi, y la Directora General Faribah Gallardo.

Ospitalità Italiana tiene una duración de dos años, y durante ese periodo se revisa que el restaurante mantenga los estándares y exigencias de autenticidad que el gobierno de Italia solicita a los establecimientos italianos en el mundo.

No fue solo un diploma colgado en la pared. Fue un símbolo tangible de autenticidad, esfuerzo y excelencia. Un recordatorio de que en Donato Cammarano no se improvisa: se honra una tradición.

Porque Donato Cammarano no es solo un restaurante.
Es un rincón de Italia en Puebla. Un lugar donde los sueños cruzan océanos, las recetas cuentan historias y cada mesa bien servida se convierte en una celebración de la vida.