Cumplir quince es un puente, un momento único en el que se deja atrás la niñez sin llegar aún a la adultez. Santiago Adrián Pérez Cazares celebró este tránsito con una sonrisa que lo decía todo, rodeado de sus seres queridos en una tarde inolvidable. No fue una celebración solemne, sino un encuentro lleno de calor humano, donde amigos, familia, música, comida y una terraza se combinaron para crear el escenario perfecto de esta nueva etapa.