«Desnudo» y expuesto como hacía años que no se encontraba con el público, a solas con su piano o con la guitarra, Pablo Alborán volverá a cantar en la distancia corta de 13 grandes teatros y auditorios del país el próximo año, un «reto» que afronta con ilusión pese al resquemor inicial.

«En un teatro no hay trampa ni cartón. Te ven hasta el alma. Ese es el reto que me apetece vivir más que nunca, volver a sentir la responsabilidad de estar desnudo en el escenario», explica en una charla con Efe, tras reconocer que este formato fue una decisión que le costó «muchísimo tomar». «Tenía miedo», confiesa.

Bastó una sentada a las teclas y repasar «de cero» todas las canciones que ha editado desde «Pablo Alborán» (2011), su primer álbum, para descubrir detalles que no había percibido nunca. «Y así vi que se podría cubrir la mitad del concierto con un solo instrumento», señala.

«Debía recordar que cuando compongo, lo hago a solas al piano. Pero sí, cuando me planteé todo esto daba mucho respeto volver a eso, aunque en los conciertos sea el tramo que más disfruto», cuenta el músico, que en la segunda parte de sus próximas citas se le sumarán tres músicos como acompañamiento.

La gira, para la que hoy se ponen las entradas a la venta, arrancará el 26 de febrero en el Teatro Auditorio de la localidad almeriense de Roquetas y pasará por espacios tan emblemáticos como el Palau de la Música de Barcelona el 3 de marzo, el Palau de Les Arts de Valencia el 11 de marzo, el Auditorio Nacional de Madrid el 22 de marzo o el Teatro Cervantes de su Málaga natal el 20 de junio.

Llamado realmente Pablo Moreno de Alborán (Málaga, 1989), su conversión en el artista con mayores ventas comerciales en España de la última década lo llevó a un camino sin retorno de las pequeñas salas a los pabellones. Paradójicamente, volverá a espacios de aforo más reducido en 2022, cuando la mayoría de grandes artistas aguardan la apertura pospandemia de los recintos multitudinarios.