Un día después de que los zombies se levantaran de sus tumbas y las brujas sobrevolaran el cielo, el dos de noviembre de 2001 Pixar estrenó “Monsters, Inc.”, la terrorífica y divertida historia de los habitantes de Monstruópolis, la ciudad sin humanos que sobrevive gracias a los gritos de los niños.

Era la cuarta película de Pixar Studios, después de “Toy Story” (1995), “Bichos” (1998) y “Toy Story 2” (1999), con las que ya habían enamorado al público infantil -y al que no lo era tanto- cuando surgió la idea de crear una ciudad de monstruos cuya vida depende de su compañía eléctrica, Monsters, Inc., y su curioso modo de generar energía: recolectando gritos de niños asustados.

En realidad, la idea que dio origen al filme se remonta a 1994 cuando, en una comida de trabajo, Pete Docter, Andrew Stanton, Joe Ranfit y John Lasseter hablaron sobre la posibilidad de hacer una cinta sobre los monstruos que salen de los armarios y que todos los niños temen.

La película comienza con la actividad diaria de dos de los trabajadores de la compañía, un monstruo enorme, peludo y adorable de color azul llamado James P. Sullivan (Sulley), y su bromista mejor amigo, Mike Wazowski, un pequeño cíclope verde.

Son dos “asustadores” de la fábrica cuya misión es entrar al mundo humano para asustar a los niños y cosechar sus gritos, a través de puertas que activan portales a los armarios de sus dormitorios.

El trabajo se considera peligroso, ya que se cree que los niños humanos son tóxicos y, por si fuera poco, la producción de energía está cayendo porque los niños se asustan con menos facilidad.

La situación empeora cuando una noche Sulley descubre que alguien ha dejado una puerta activa. Mientras inspecciona la puerta, una niña de dos años, Boo, se cuela accidentalmente en la fábrica, y después de varios intentos fallidos del asustador para devolverla, Randall, un empleado malvado con forma de camaleón de color morado, se entromete.

Sin embargo, cuando descubren que la niña no es tóxica y que su risa genera diez veces más energía que los gritos, Sulley diseña un plan para resolver la crítica situación energética de Monstruópolis y poder devolver a Boo con su familia.