Diego Boneta exhala aliviado cuando le preguntan si tiene sentimientos encontrados por la tercera y última temporada de Luis Miguel, la serie, de Netflix. El mexicano está sentado en el hotel The Westin Palace de Madrid cuando suelta ese suspiro y dice que no, que no le va a costar ningún trabajo soltar al rol que interpreta desde 2018.

«No, ya estoy listo para dejar el personaje, pero tampoco lo digo en mal plan. Creo que ahora lo importante es encontrar otros proyectos, como lo fue Nuevo Orden, que no tienen nada que ver, absolutamente, con Luis Miguel», dice el nominado a Mejor Interpretación Masculina de Reparto, por Nuevo Orden, en los Premios Platino del Cine Iberoamericano.

El suspiro de Diego se antoja como de alivio. De hecho, en rueda de prensa revela que la última temporada fue lo más duro que le ha tocado en su carrera: “Lo más difícil fue salir del personaje de tiempo presente de la tercera temporada. Déjate tú de Luis Miguel, de todo lo que hecho.

«No hay nada que ni se le acerque, empezando por las seis horas diarias de maquillaje, no había un milímetro de mi cara que no estuviera cubierto de prótesis, las manos, botarga de cuerpo completo… jornadas de 16 a 18 horas. ¡Fue muy duro!», recuerda Boneta.

Boneta explica que en Luis Miguel, la serie fue «la primera vez que me tocaba un papel de transformación total, de repente llegaba a un restaurante y: ‘hola, qué tal, ¿cómo están? (imitando a Luis Miguel)’, pero lo hacía sin darme cuenta».