La actriz estadounidense Jamie Lee Curtis cerró hoy un círculo en el Festival de Venecia con la presentación de una nueva entrega de la emblemática y taquillera saga de terror «Halloween», con la que debutó en el cine en 1978, y la recepción esta noche del León de Oro honorífico a su carrera.

Descendiente directa de la aristocracia de Hollywood -es hija de hija de Tony Curtis y Janet Leigh- Curtis es considerada una «reina del grito» desde que encarnó por primera vez a Laurie Strode en la película original de John Carpenter, pero hoy confesó que no le gusta el género como espectadora porque lo pasa mal.

«Mi éxito en el género se debe a que me asusto fácilmente, esta conexión natural con el miedo me ha permitido parecer asustada en la pantalla sin la necesidad de actuar», dijo la actriz, que ha aparecido en la sala de prensa luciendo unas gafas de sol de Peggy Guggenheim.

«Halloween Kills» es la segunda entrega de una trilogía a cargo de David Gordon Green («Joe»), responsable del regreso de Jamie Lee Curtis al universo de terror del monstruoso e invencible Mike Myers.

La primera, llamada «Halloween» al igual que la original, recaudó 255 millones de dólares (216 millones de euros) en todo el mundo. Curtis desveló que leyó el guion de la tercera parte en el avión que le trajo a Venecia y que no pudo pegar ojo en todo el trayecto.

«Si me caigo aquí dormida es por culpa de David», aseguró, «es una forma extraordinaria de terminar la trilogía».

«Halloween Kills» se sitúa minutos después del final del filme anterior. Laurie Strode, su hija Karen y su nieta Allyson han dejado a Michael Myers enjaulado en una casa ardiendo, pero este se las apaña para escapar y volver a sembrar el terror en el pueblo de Haddonfield.

Curtis valora de Gordon Green su capacidad para profundizar en la trama y los personajes y para conectar con la actualidad. Si en «Halloween» ponía el ojo en «la capacidad de las mujeres para entender su trauma y manifestarlo» ahora dibuja un círculo de terror más amplio y apunta al sistema.