La profesional de la salud mental, Nanyeli Gutiérrez Andrade, expresó los estudios y conocimientos, que ha adquirido durante los meses de confinamiento por la pandemia del SARS-CoV-2 Covid-19, “las personas empiezan a desarrollar trastornos mentales, pues esto no sólo afecta a nivel físico, sino mental, ya que debemos reconstruirnos”.

Dijo, “en el impacto mental, esto genera muchos cambios; las consecuencias principales, re refieron a que la pandemia nos hace empezar de nuevo, comenzamos de nuevo con los vínculos, con las relaciones, pero esto no quiere decir que lo hagamos con nosotros mismos. Este tiempo ha sido una confrontación para descubrirnos y conocer cuáles son las herramientas y características, que muchas veces no sabíamos que teníamos”.

“Esta pandemia ha impactado en muchos aspectos, sin embargo, las pérdidas de seres queridos, de trabajos, con esto, cada uno de los integrantes de la familia se ven afectados. Considero que a todas las personas, en diferente medida, nos afecta”, afirmó la psicóloga.

Gutiérrez Andrade señaló que a la niñez sí les ha afectado mucho los estragos del confinamiento, pero es una población que se adapta de manera más sencilla. En este contexto, dijo que uno de los sectores poblaciones del que casi nadie habla, es de los adolescentes, pues son quienes necesitan la interacción social en mayor medida.

SECUESTRO MENTAL

Nanyeli Martínez, durante el tiempo que lleva la pandemia, consideró el término “secuestro mental”, para describir el confinamiento, ya que a partir de las pérdidas, se derivan trastornos como la ansiedad, la depresión, y en casos más extremos, los suicidios.

Lo anterior, debido a que la población joven y adulta, tenía una rutina que implicaba salir todos los días y ahora, el confinamiento, ha obligado que dichas actividades sean suspendidas.

Una de las formas de parar el “secuestro”, es dejar de alimentar la mente con aspectos negativos como noticias o disminuir el consumo de redes sociales. Aseveró que los hechos no se pueden detener y tampoco cambiar, pero sí se puede buscar la forma de ser resilientes y lograr un avance personal.

NO SOMOS SERES OMNIPOTENTES

Como parte de la investigación anterior, la profesional de la salud refirió que es de suma importancia recordar a todas las personas que “no somos seres omnipotentes ni podemos tener el control de todo. No hay posesiones, nada está seguro, ni el trabajo, ni la escuela, ni las personas”.

Asimismo, aseguró que hay dos preguntas que las personas deberían hacerse: ¿qué sí depende de mí?, y ¿qué sí puedo hacer? Estas interrogantes para conocer las capacidades y limitantes de cada uno en este tiempo.

Por parte de las autoridades, detalló que la contingencia sanitaria benefició para que las políticas públicas estén orientadas en ofrecer ayuda psicológica gratuita, de modo que, en muchas instituciones ahora se ofrecen estos apoyos para las personas que no pueden costear estos servicios.

¿POR QUÉ EMPEZAR DE NUEVO?

Una de las recomendaciones que yo daría, dijo, es saber que estamos en el presente, aunque parezca difuso y por esta razón, buscar nuevas rutinas o actividades que nos ayuden a movernos y no quedarnos paralizados. “La angustia proviene de pensar mucho en qué hay más adelante”, opinó.

Por otra parte, señaló, “estamos viviendo una realidad distinta, debemos tener la certeza que lo único que tenemos ahora es nuestra propia fuerza, de todo lo demás no tenemos el control, más que de nuestras  propias fortalezas y herramientas, y con ellas, desarrollar nuevas habilidades que nos ayuden”.

Ante una pérdida, recomendó a las personas hacerse tres cuestionamientos importantes: “¿qué sí tienes?”, “¿qué sí sabes?” y “¿qué sí puedes?”, para con ellas, buscar alternativas que les orillen a salir del secuestro mental que ha traído consigo la contingencia sanitaria por Covid-19.

Por último, la especialista aseguró, “confiar en que soy vulnerable, pero no frágil”, e invitó a la población a descubrir sus talentos y mostrar que este periodo complicado enseñó al mundo que cada ser humano tiene la capacidad de obtener recursos propios para poder vivir.

Por: Frida Morales