Cuando el VIH empezó a minar la vida de actores, músicos y deportistas, como Rock Hudson, Freddie Mercury, Magic Johnson o Charlie Sheen, el mundo volteó a ver a la epidemia con otros ojos, las celebridades le dieron visibilidad a una enfermedad estigmatizada, que no se repara en el glamour ni la fama.

El 1 de diciembre es el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, una de las epidemias más rapaces de la humanidad que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde los años 80, cuando se descubrió, ha cobrado la vida de más de 35 millones de personas; en 2016 falleció tan solo un millón de personas.

A más de 35 años de la aparición del virus, con tratamientos que ralentizan las consecuencias del mal, aún tiene una carga social negativa admitir ser portador o que se padece la enfermedad en alguna de sus etapas.

El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), enfermedad derivada del VIH, impactó al mundo, sobre todo a la comunidad homosexual, sobre la que se armó una campaña de desprestigio, basada en mentiras y prejuicios.

La comunidad artística y del espectáculo son los sectores que, por su visibilidad social, han estado en el ojo público, a pesar de que el padecimiento no discrimina sexo, condición social o nacionalidad.

  • Como consecuencia del estigma y el rechazo de muchos extractos de la sociedad, es complicado que figuras públicas reconozcan que son portadores del virus. Sin embargo, algunas celebridades han optado por hacer público su padecimiento, como parte de campañas informativas y de prevención.