Walter Mercado yacía en un ataúd con un traje de terciopelo multicolor mientras una mujer lloraba absorta frente a una pantalla con imágenes del legendario astrólogo puertorriqueño acompañado de amigos, parientes y su perro, Runo.

Era una de docenas de admiradores que llegaron a una casa funeraria en la capital San Juan para despedir al astro televisivo e icono de la comunidad gay, amado por millones en Estados Unidos y América Latina.

Los admiradores variaban desde mujeres de la tercera edad con aretes de perlas y manicures inmaculados hasta personas de treinta y tantos años que traían calzado deportivo y camisetas sin mangas.

Un admirador, Axel Maldonado, condujo durante dos horas desde la ciudad sureña de Ponce. Recordó que de chico solía imitar a Mercado sentado en una gran silla de mimbre haciendo predicciones.

Nunca decía nada negativo y decía qué era lo que había que hacer para tener un día positivo”, declaró Maldonado. “Eso me gustaba mucho de él”.

  • Mercado, al que distinguían sus capas fastuosas de colores brillantes con broches grandes y relucientes, señalaba hacia las cámaras con sus dedos en los que lucía anillos con grandes gemas mientras hacía las predicciones para cada signo.