Entre manifestaciones a favor de los derechos de las mujeres y la urgencia de apoyar el arte y la cultura nacional, se llevó a cabo la 61 entrega de los Premios Ariel, cuyos máximos galardones fueron para la película “Roma”, de Alfonso Cuarón.

La fiesta del cine nacional estuvo encabezada por los representantes de la industria, que con entusiasmo defendieron los derechos de las mujeres, así como el apoyo del Estado para la creación artística, pues aseguraron que el cine, como otras artes, da la cara por México en el extranjero.

Tras la alfombra roja, cerca de 50 mujeres, entre actrices, productoras, guionistas y directoras levantaron el puño izquierdo, en el cual tenían atado un paliacate color rojo, a fin de lanzar la iniciativa #YaEsHora, que busca visibilizar a todas las mujeres relacionadas con el quehacer cinematográfico en México.

Ante los medios de comunicación, actrices como Yalitza Aparicio, Marina de Tavira, Johanna Murillo, Ilse Salas, Cassandra Ciangherotti y Mariana Arriaga, entre otras, apoyaron esta iniciativa de género, que buscará hacer cumplir ejes como la apropiación de espacios libres de violencia, igualdad y paridad en el terreno del cine y el audiovisual, y mayor inclusión de narrativas de mujeres.

Este discurso fue reforzado cuando la actriz Marina de Tavira subió al estrado a recibir el Ariel a Mejor Coactuación Femenina. Además de reconocer la labor de las mujeres que enfrentan solas la maternidad, invitó a todos y a todas a fortalecer las paternidades y a fomentar el respeto hacia las mujeres desde la infancia.

Otras mujeres distinguidas durante la ceremonia del Ariel fueron la guionista Paz Alicia Garciadiego (Ariel de Oro), la actriz Ilse Salas (Ariel a Mejor Actriz), la cineasta Lila Avilés (Ariel Mejor Ópera Prima) y a la actriz y directora Ángeles Cruz (Mejor Cortometraje Ficción), entre otras.

Uno de los discursos más sobresalientes en torno a los recortes presupuestales a la cultura en la actual administración, fue el del reconocido cineasta Arturo Ripstein, quien expuso:

“No hay crecimiento sin cultura, no hay desarrollo sin cultura, no hay democracia sin cultura. La cultura en su sentido más estricto y riguroso, es la única opción que tenemos para enfrentar a la barbarie”.

Ripstein tomó el micrófono por espacio de cinco minutos para destacar los valores de la cultura y principalmente del cine. Aseguró que es un deber del Estado proveer recursos para la cultura y las artes, “nosotros, los que hacemos cine, le hemos dado rostro e identidad a nuestro mundo y a nuestros contemporáneos.

Necesitamos seguir haciendo cine y con éste tener nombre, voz, semblante. El cine no es un bien prescindible al que se le tomará en cuenta cuando vengan tiempos mejores, porque cuando pensemos que han llegado esos tiempos ya habremos perdido el rostro, la voz y el alma”, sentenció.

En su oportunidad, el presidente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), Ernesto Contreras, ofreció un mensaje contundente a los encargados de dirigir México.

Hoy vemos con preocupación los drásticos recortes en los presupuestos de las instituciones y las políticas públicas que no sólo han sido fundamentales para la cultura mexicana contemporánea, sino que han contribuido, incluso, al ejercicio democrático”.

La cultura no es un gasto. No es un adorno, no es un bien prescindible. Es una inversión a largo plazo. Los creadores no somos el enemigo. Queremos contribuir a la construcción de un nuevo y mejor México. Tenemos un compromiso con la realidad de este país adolorido y complejo, pero lleno de esperanza y de solidaridades”, expresó con contundencia.

Fueron varios los realizadores, actores y actrices, así como productores y demás hacedores de cine nacional, quienes expresaron su preocupación por las políticas públicas que le dan la espalda al desarrollo artístico de México.

Tal fue el caso del animador mexicano Luis Téllez, quien pugnó porque los apoyos para la creación artística no dejen de existir y sostuvo que gracias al Fondo Nacional para la Cultura y las Artes pudo escribir el guion de su corto “Viva el Rey”, por el que esta noche recibió el Ariel a Mejor Cortometraje Animado.

En la categoría de Mejor Corto Documental resultó ganador Carlos Morales por su trabajo “Sinfonía de un Mar triste”, mientras que Ángeles Cruz obtuvo el Ariel a Mejor Corto de Ficción por “Arcángel”, en el que actuó Noé Hernández, quien esta noche fue reconocido con el Ariel a Mejor Actor, pero por su trabajo en la película “Ocho de cada diez”.

Como era de esperarse, la película que más premios recibió fue “Roma”, que esta noche -cerró su ciclo luego de incluso ser multipremiada en los Premios Oscar- obtuvo Mejor Película, Dirección, Coactuación Femenina, Diseño de Arte, Edición, Efectos Especiales, Efectos Visuales, Fotografía, Guion Original y Sonido.

A esta buena acogida le siguió la cinta “Las niñas bien”, de Alejandra Márquez, que consiguió los premios a Mejor Actriz, Vestuario, Música Original y Maquillaje.

Otros reconocimientos fueron para el actor Leonardo Ortizgris, por su participación en “Museo” (Mejor Coactuación Masculina); Silvia Pasternac, Carlos Carrera y Fernando Javier León Rodríguez por “De la infancia” (Guion Adaptado); Carlos Carrera por “Ana y Bruno” (Largometraje Animación) y Alberto Arnaut por “Hasta los dientes” (Largometraje Documental).

Además de Cristina Gallegos y Ciro Guerra por “Pájaros de Verano” (Película Iberoamericana), y Benny Emmanuel, por “De la infancia” (Revelación Actoral).