Hablar de Ana Julia Yeyé es encontrar la historia de una comediante con look andrógino que un día, luego de tres años de aguantar, se reveló… como standupera. Es hablar de una mujer que, harta de su vida godín, abrió el panorama y descubrió una forma más fresca de expresarse, lejos del escritorio y frente a un micrófono.

Ahí, en un escenario, encontró su súper poder: hacer reír al público con hablar de su propia experiencia al descubrir su propia sexualidad y las situaciones en las que se ha visto envuelta por ello.

No se engañen, su forma de abordarlo todo les hará cambiar por completo la forma en la que se concibe incluso la propia comedia y, como refiere Bobo Comedy, reír de cosas que jamás imaginaron.

Antes de su show en Puebla, en el foro escénico Puro Drama, Ana Julia Yeyé nos compartió su historia en el standup y una que otra vivencia sorprendente.

Ana Julia Yeye - Ponte un moño

Los Rostros: Hoy todos conocemos a la standupera, pero ¿quién fuiste antes de dedicarte a la comedia, antes esa decisión de lanzarse a un escenario?

Ana Julia: «Yo trabajaba en la oficina, en agencias de publicidad por 7 años; en el área creativa yo soy diseñadora gráfica y para salir de la rutina un día tomé un taller de standup para hacer algo los sábados y me gustó muchísimo

Entonces empecé a hacerlo a la par de mi trabajo durante 3 años hasta que se volvió muy absorbente y tuve que decidir mi trabajo de oficina o dejar el standup y dije ‘ja, no necesito el sueldo fijo y ni seguro social’, así que abandoné la oficina».

Lr: ¿Qué o cuál fue ese chispazo que te hizo ver “esto es lo que quiero” y dejar la rutina de un trabajo por escenarios?

AJ: «La primera vez que me subí a un escenario a contar un chiste que yo había escrito e hice reír a gente que no conozco ¡puff! como si fueran drogas: me explotó la cabeza, se me dilató la pupila, es un sentimiento que nunca había tenido, es como satisfacción, adrenalina, pero en ese momento supe que quería hacer eso todo el tiempo, no importaba qué tenía que hacer o a dónde tenía que ir, pero yo quería seguir subiéndome a escenarios haciendo reír a la gente.

Me empecé a juntar con comediantes, a ir a open mics, que son como un karaoke de comedia donde puedes probar tus chistes y así empecé a involucrarme en el mundo del standup. Después de 3 años dejó de convertirse en un hobby para ser un trabajo y actualmente llevo 6 años, 3 de hobby y 3 de dedicarme de lleno a la comedia».

LR: ¿Cómo aprendiste a desenvolverte en el ambiente del standup?

AJ: «Cuando algo te gusta mucho no te da pena ni tanto miedo acercarte, empecé a ir a los open mics, me dijeron que habían lugares donde puedes ir a probar mis chistes, yo iba sin conocer a nadie, me anotaba en una lista y me subía 5 minutos al escenario.

No soy muy buena platicando con la gente, así que lo que tuve que hacer es dar risa, pulir mi rutina de manera que fuera graciosa para que otros comediantes me vieran, les gustara mi material y platicaran conmigo. Todos son relaciones públicas, no soy muy buena siendo una persona social, soy retraída pero solita la gente si les  gusta tu trabajo te va incluyendo».

LR: En nuestra sociedad sigue siento un tabú hablar de la sexualidad ¿Cómo toma el público tus rutinas?

AJ: «Sin duda estoy en una burbuja de privilegios, siento que de 10 años para acá han cambiado muchísimo las cosas, parece poco tiempo pero sí hemos avanzado bastante, no es lo mismo hace 50, años que hace 30, 10 o 5 en sexualidad, pero siento que todavía nos falta muchísimo; existen prejuicios como ‘no sé si ir a un show de temas LGBT’ no saben de qué se va a tratar, pero ya tienen este prejuicio.

«En mi experiencia hay dos opciones: la gente que paga por ir a un show y la gente que me ve por casualidad en algún evento o festival y para mí los más importantes son los que estaban negados al standup y se fueron con una mejor impresión y diciendo “no sabía que se podía hablar de este tema, de manera tan relajada, que pudiéramos entender este concepto.

«Me encanta que cada vez más gente me conozca, pero es distinto cuando no planeaban eso y les cambié la perspectiva. Cualquier foro para hablar de ello es bueno, ya sea en música, comedia, arte… para normalizarlo y quitar los tabús de la gente y yo lo hago desde mi trinchera».

LR: En tus shows plasmas mucho tus experiencias personales ¿Hubo algún momento en el que sentiste que no podías compartirlas con el público, has pensado una vez “esto no sé si decirlo”?

AJ: «No, la censura la pone cada comediante en su rutina, no hay una línea de censura para todos, cada quien la pone donde quiera, nunca he censurado ninguna de mis experiencias, siempre las cuento como fueron, obviamente de forma que den risa.

«Por ejemplo, tengo un chisto en el que digo que me golpearon en un bar (una anécdota completamente real) porque pensaron que yo era hombre; lo cuento y cuando yo empecé a contar este chiste, la gente más allá de reírse se preocupaba como de ‘oye ¿estás bien?’, pero es algo que yo ya había superado hace mucho, me tomó varios meses encontrar la forma de contarlo para que diera risa, mi trabajo es que se rían, no sólo levantar la voz.

«Probablemente siempre me he preguntado “no sé si contar esto” pero depende del lugar, por ejemplo, si me contratan en una fiesta donde hay también niños tal vez me censuro algunas partes, sobre todo para que no sea incómodo para todos, pero nunca he dudado en contar alguna de mis experiencias. A veces puedo tener chistes oscuros, pero les doy la vuelta para no atacar a nadie, se puede hablar del tema que sea, pero hay que saber contarlo».

LR: Por último ¿qué mensaje quieres que la gente se lleve con tu show?

AJ: «Pagar por entretenimiento es una de las cosas más saludables que podemos hacer, es como ir al cine o al teatro. Vivimos en un mundo muy caótico, entonces, que por unos instantes la gente esté en el presente y olvide lo que están viviendo en su trabajo, su familia, lo que nos están bombardeando de malas noticias, que vayan a reír, eso me parece súper genial y si pueden llevarse algún aprendizaje de mi show yo más que encantada.

Una vez di mi show en un teatro y al final llegó una chica y me dijo ‘soy gay, pero mi familia y sobre todo mi mamá no aceptaba este pedo, la traje a tu show y haz de cuenta que tengo a otra mamá, la hiciste entender cosas que yo no podía hacerle entender’ y eso me parece súper chingón, que no se quede en la risa y que tengan otro punto de vista, no hay que tomarnos las cosas tan en serio, de lo único que se trata la vida es de respetarnos entre todos y pasarla bien y de eso se trata mi show».

Ana Julia Yeyé se presentará este sábado 25 de mayo en el Foro Escénico Puro Drama (avenida 2 Poniente, número 2908, colonia Amor) a las 20:30 horas. Los boletos se encuentran a la venta en el sitio de Hazticket.

Nos vemos ahí el próximo sábado en Puebla en el Puro Drama, los boletos están en hazticket y que se arme”, concluyó.