Con tan sólo 33 años, la actriz Keira Knightley mantiene una carrera bastante amplia, pues desde la edad de 8 años se ha mantenido en el mundo del entretenimiento, lo cual podría resumirse en toda una vida dentro del cine.

Keira Knightley no puede recordar su vida cinco años atrás

La intérprete quien hace poco recibió la medalla de la Orden del Imperio Británico concedida por la reina de Inglaterra, Isabel II ha cosechado desde muy pequeña grandes éxitos taquilleros, desde su participación en «Star Wars: Episodio 1: La amenaza fantasma» a los 14 años seguida de «Quiero ser como Beckham» a los 16 y «Piratas del Caribe: La maldición del Perla Negra» y «Love Actually» a los 17, no ha parado de hacer lo que más le gusta: actuar.

Keira Knightley no puede recordar su vida cinco años atrás

Sin embargo, hubo una etapa de su vida que sin duda la dejó con un fuerte vacío, «Mi mundo se rompió en mil pedazos cuando tenía 22 años. Todo dejó de funcionar y sentí como si se me hubiese roto en pequeños trozos; como si mi cerebro estuviese literalmente partido», contó a la revista «Balance Magazine».

En dicha plática, Keira narró que le cuesta mucho trabajo recordar lo que pasó en su adolescencia, «Mirando hacia atrás, el periodo de tiempo desde los 19 hasta los 23 años me resulta borroso. No lo recuerdo de manera lineal porque creo que mis mecanismos cerebrales para salir adelante se activaron y no dejaron que pensase más sobre ello», explicó.

En su relato mencionó que fue necesario alejarse de las cámaras y decidió emprender un viaje para salir adelante. «Hubo un momento en el que no sabía si volvería a trabajar, pero siempre he adorado actuar; es todo lo que implica actuar, con lo que estaba luchando. Fue un momento de mi vida en el que aún me estaba formando. Como mucha gente joven, aún no había decido quién era o quién iba a ser».

Aunado a su encuentro con ella misma, la artista tenía que lidiar con las críticas del público y los comentarios negativos sobre su aspecto, provocando que perdiera la confianza en sí misma. «No había manera de caminar por la alfombra roja sin que me diese un maldito ataque de pánico. Así que probé la terapia hipnótica y funcionó. Por suerte, no he vuelto a sentirme así», confesó.