El príncipe Harry y Meghan Markle se miraron a los ojos y se prometieron amor eterno este sábado en la boda real frente a cientos de miembros de la realeza, celebridades y amigos en la Capilla de San Jorge, mientras millones alrededor del mundo seguían la ceremonia por televisión.

La pintoresca ciudad inglesa de Windsor brilló en este cálido día de verano. Decenas de miles de personas atestaron sus calles y parques para presenciar el espectacular, pero elegante enlace.

Para dar inicio a las festividades, la reina Isabel II honró a su nieto de 33 años con un nuevo título: duque de Sussex, haciendo de Markle duquesa de Sussex.

La boda fue un acontecimiento mundial gracias a la posición de Harry como miembro sénior de la realeza británica y la fama de Markle como protagonista de la serie de TV estadounidense Suits durante siete años. La pomposidad y ceremonial de la boda —con oraciones y tradiciones anglicanas, música clásica, un coro góspel y un recorrido en carreta por Windsor— fue vista en vivo por decenas de millones de televidentes alrededor del mundo.

La actriz estadounidense acogió su nuevo papel británico en un elegante vestido de seda blanco de la diseñadora inglesa Clare Waight Keller. Su velo traslúcido — que le llegaba hasta la cintura por delante y se extendía metros por detrás — incluía referencias florales a los 53 países en el Commonwealth, el grupo de países que corresponden al antiguo Imperio Británico y que es encabezado por Isabel II.

El palacio dijo que además de las flores del Commonwealth, el velo también tenía dos plantas elegidas por Markle: wintersweet y, en un guiño a su lugar de nacimiento, la amapola californiana.

El príncipe Harry y su hermano William, el padrino, lucieron elegantes trajes militares oscuros, con guantes blancos y los uniformes de gala con levita del regimiento de caballería real Blues and Royals. Harry mantuvo intacta su barba pelirroja, una decisión que había desatado apuestas en Gran Bretaña antes de la boda real.

Markle, cuya madre, Doria Ragland, estuvo presente, caminó al altar sola al principio y entonces fue acompañada por el príncipe Carlos y 10 pajes y damas de honor. Mientras se acercaban hacia él, Harry le agradeció asu padre y le dijo “Te ves increíble” a Markle.

La novia se veía tranquila y segura al pronunciar sus votos sin la menor alteración de su voz. Sonrió ampliamente mientras el arzobispo de CanterburyJustin Welby, los declaró marido y mujer. Harry lucía un poco nervioso, pero feliz.

El oficio en la capilla reflejó las raíces estadounidenses de Markle. El reverendísimo Michael Bruce Curry, líder afroamericano de la Iglesia Episcopal, citó al líder de los derechos civiles Martin Luther King Jr en el “poder redentor del amor” al pronunciar el sermón, y las selecciones musicales incluyeron versiones de «Stand By Me de Ben E King» y «Amen/This Little Light of Mine» de Etta James.

La flamante pareja real se besó al salir de la capilla. La multitud clamó y continuó vitoreando mientras el príncipe Harry ayudaba a su esposa a doblar la cola de 5 metros para subir a una carreta Ascot Landau y comenzar su procesión por las calles de Windsor.

La policía dijo que más de 100 mil personas alinearon la ruta. La carreta descapotada fue jalada por cuatro caballos Grey de Windsor y pasó entre la gente, que ondeaba banderas y documentaba el momento con teléfonos celulares. Los recién casados sonrieron y practicaron lo que todo miembro de la realeza debe saber hacer: saludar a las multitudes.

Entre los parientes en la ceremonia estuvieron el príncipe Jorge, de 4 años, y la princesa Carlota, de 3, hijos del príncipe William y la duquesa de Cambridge. Otros familiares incluyeron a Charles Spencer, el hermano de la difunta madre de Harry, la princesa Diana; y las primas del príncipe Zara Tindall y las princesas Beatriz y Eugenia.

También asistió la familia de la cuñada de Harry: sus padres Carole y Michael Middleton, su hermana Pippa Middleton y su hermano James Middleton. La exnovia de Enrique Chelsy Davy también estuvo presente, al igual que Sarah Ferguson, la duquesa de York, exesposa del príncipe Andrés, tío de Enrique.

Decenas de periodistas se instalaron en el terreno para cubrir el espectáculo visual. La capilla es en sí es una obra maestra de estilo gótico, y el Castillo de Windsor ha sido casa de soberanos británicos por casi mil años.

Por la tarde en el castillo, la reina ofrecería una recepción para 600 invitados, con comida, vino y champaña, mientras que por la noche el príncipe Carlos ofrecería una cena para 200 invitados.