El próximo 19 de octubre a las 19:00 y 21:00 horas en el teatro del Complejo Cultural Universitario (CCU) se presentará una historia basada en el texto de Marius Von Mayenburg y con la dirección de Víctor Weínstock.

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¿Qué pasaba en tu carrera cuando llegó este proyecto?

Sergio:

Levantar un proyecto teatral a veces significa años, a veces es inmediato. Me acuerdo que leí el texto, acepté inmediatamente porque me gustaba mucho la obra, pero firme la carta y paso como un año en lo que se echó a andar. En ese entonces estaba haciendo «El Río» con Marina de Tavira, nos dirigía Enrique Singer y «Dogville» de Lars von Trier con Ximena Romo, Claudia Ramírez, Pablo Perroni y demás… estaba con esos dos proyectos cuando me dijeron que «El Feo» se echaba a andar. Me vino muy bien porque era un personaje -un personaje es un decir, porque hago como cuatro personajes en la obra- completamente diferente y yo disfruto más mi carrera mientras más distintos sean mis personajes unos de otros y esto era algo que no tenía nada que ver con lo que estaba haciendo y me encantó la idea. Además, el equipo sonaba maravilloso, somos actores con distintas formaciones, ha sido un gozo trabajar con estos señores. Son personas entrañables a las que además les aprendo muchísimo.

Reynaldo:

Estaba haciendo «La Parodia». Yo realmente hago poco teatro y si me la pienso porque son esfuerzos muy grandes en cuestión de tiempo, el montaje de una obra de teatro puede durar mucho y ellos (Sergio, Karina y Artús) nacieron en el teatro, pero mi formación es diferente, es de televisión y ahí todo es muy vertiginoso, muy rápido.

Cuando leí el texto de «El Feo» me gusto mucho y es la primera vez que tengo el personaje central en una obra. Estoy encantado de haber conocido a mis compañeros, no tenía el gusto personalmente, de verdad que les aprendo un montón, yo sé que se oye muy trillado eso, pero su formación es totalmente diferente, me encanta encanta trabajar con ellos y espero que sea del agrado de la gente que nos va a ver.

¿Qué esperas en tu próxima visita a Puebla con este proyecto?

Sergio:

He tenido la fortuna de estar en Puebla haciendo obras distintas, hace no mucho vine con «Almacenados», después con un monólogo de Porfirio Díaz al Edificio Carolino, cada lugar tiene un público con una personalidad particular, y no estoy tratando de quedar bien, lo digo honestamente, me parece que el de Puebla es un público con una exigencia cultural determinada porque han ido cobrando fuerza los distintos grupos teatrales.

Esta obra tiene la fortuna de ser universal en el sentido de que a todos nos salpica. Los grandes textos necesariamente tienen que ser así. Todos nos sentimientos feos y bellos en algún momento y en ese sentido la obra es muy inteligente. A través del sentido del humor nos lleva a esa reflexión.

Después de este protagónico ¿Qué tipo de personajes te gustaría seguir interpretando en teatro?

Reynaldo:

Me gustaría experimentar algo de pronto serio, porque la comedia ha estado presente en la carrera que llevo, pero sí me gustaría probarme en ese rubro y ver qué capacidai tengo. Hice «Malcom y su lucha contra los eunucos», pero era también de comedia o por lo menos si era serio yo lo hice de comedia, creo que ahí estuvo el error (risas).

He tenido algunos jalones de oreja, estuve en una obra con el maestro Bruno Bichir e interpretaba un texto en «El último preso» y la escena en la que yo estaba, la gente se reía. Una vez me abordó Bruno y me dijo: es que la gente no se debe reír ahí. Le pregunte que porqué no y me dice: vas contra la historia, es algo fuerte lo que estás contando ahí y su papi, Alejandro Bichir, que era quien nos dirigía le dijo a Bruno: a él le sale así, déjalo que lo haga así, la gente viene a pasar un buen rato. Bruno muy a su pesar dijo: está bien.

Eso va un poco por lo que digo, que me gustaría probarme en algo serio, algo en lo que no recurra a la risa, un área en la que yo me siento cómodo. Quiero sentirme un poco incómodo para exigirme algo diferente.