El próximo 22 de febrero, una aterradora historia hará estremecer a los asistentes a las salas de cine cuando se estrene la nueva película del director Nicholas McCarthy (El Pacto, 2012) titulada «Maligno» (The Prodigy), protagonizada por la actriz Taylor Schilling (Orange is the new black), quién hace su primera aparición en un largometraje.
Sarah (Schilling) vive una vida tranquila junto a su pequeño hijo Miles y su esposo, hasta que de pronto, su hijo comienza a tener actitudes extrañas y comportamientos atípicos, lo que la llevará a buscar respuestas de lo que le sucede para indagar si solo son percepciones suyas o en realidad es una fuerza sobrenatural la que está poniendo sus vidas de cabeza.
En este, su tercer largometraje, el director asegura que siempre se ha sentido atraído por las cintas de terror, siendo «El Exorcista» de William Fierdkin, una de sus principales inspiraciones para hacer cine de este género, y lo que se ve reflejado en el guion escrito por Jeff Buhler, con quién trabajo conjuntamente.
«Muchas de mis películas de terror favoritas están centradas en mujeres«, asegura el director, «por ejemplo, me atraían los personajes de Mia Farrow en ‘El Bebé de Rosemary’ o Ellen Burstvn en ‘El Exorcista’«.
Para el personaje de Sarah Blume, McCarthy sabía que necesitaba a una intérprete que tuviera talento actoral e interés en el guion por partes iguales. Taylor Schilling, la aclamada estrella del show de Netflix Orange Is the New Black, leyó el guion y entusiasmada aceptó el papel.
“Quise hacerlo inmediatamente”, dice Schilling. “Era un guion tan divertido, no podía despegarme de él. Lo leí en 45 minutos. Era muy estimulante”.
La cinta se filmó en Toronto, Canadá, y a Schilling le acompañan en el elenco actores como Jason Robert Scott, Peter Mooney y Colm Feore.
Como pieza esencial de cualquier cinta de terror, juega un papel muy importante la música, la cual fue compuesta por Joseph Bishara, quien ha compuesto las bandas sonoras de las exitosas cintas de terror «El Conjuro» y «La noche del demonio«.
“Para mí, mucho tiene que ver con escuchar”, afirma Bishara, “la inspiración puede provenir de una palabra, o de un color. Entonces, empiezo a escucharlo y en cuanto logro aquietarme y dejar de interponerme o influenciarlo, surge la primera semilla”.