Perdura el legado de Montgomery Clift, la estrella incomprendida de Hollywood
Pese a su belleza arrebatadora, Montgomery Clift no era el típico guaperas de Hollywood de los años 50, porque el actor, decidido y de carácter independiente, marcó sus propias reglas, y aunque algunos le recuerdan por su triste final y por su homosexualidad, su legado en la gran pantalla persiste 100 años después de su nacimiento.
Nacido en Omaha (Nebraska, EE.UU.) el 17 de octubre de 1920, Clift fue reconocido como uno de los primeros actores en utilizar «el método», y debutó en el cine en 1948 con el western dirigido por Howard Hawks «Red River», en el que actuó junto a John Wayne.
Monty, como era conocido entre amigos y familiares, es considerado como una de las grandes figuras de la llamada generación del «Actor’s Studio», y protagonizó filmes como «Place in the Sun», junto a Elizabeth Taylor, «I Confess» de Alfred Hitchcock, el taquillazo «From Here to Eternity», «Raintree County» o «Sudenly, Last Summer».
Sin embargo, un grave accidente de tráfico en 1957 cuando vivía el culmen de su carrera le cambió el rostro y precipitó una dependencia del alcohol y las drogas que provocaron un importante declive, que le acabaría costando la vida en 1966, cuando murió en Nueva York de un infarto con tan sólo 45 años.
Desde el principio, Clift fue descrito por la prensa como alguien rebelde e independiente que se negaba a conformarse a las normas dictadas por la industria del cine. Un ejemplo de ello fue que, cuando llegó a Hollywood con 27 años, se negó a firmar un contrato con un estudio hasta completar sus dos primeras películas para poder negociar un trato de tres films con Paramount, en las que tenía poder de decisión.
En Hollywood, Clift representaba un protagonista masculino muy distinto por su sensibilidad y su vulnerabilidad, aunque siempre fue valiente a la hora de aceptar distintos papeles, como los de villano.
Pese a que los medios sensacionalistas le plasmaban como un rompecorazones, relacionándole constantemente con su buena amiga Elizabeth Taylor, los que conocían de cerca al actor sabían que en realidad era homosexual.
Su orientación sexual ha sido objeto precisamente de debate en los últimos años, puesto que muchos han llegado a la conclusión de que fue el hecho de tener que ocultar su homosexualidad lo que le atormentaba, y lo que le llevó a darse a las drogas y el alcohol.
Sin embargo, un documental codirigido por su sobrino, Robert Clift, y que vio la luz hace menos de dos años, plantea que el actor nunca lo escondió y lo trató con toda naturalidad, por lo que nunca fue un problema para él.
En la cinta, «Making Montgomery Clift», aparecen entrevistas antiguas hechas en los años 60 por el hermano del intérprete a otros miembros de su familia, entre ellas una con su madre, en la que afirma con serenidad que sabía que era gay desde muy joven.
“Monty fue homosexual desde muy pronto. Creo que tenía como 12 o 13 años», dice la madre de Clift en las imágenes.
Además, Jack Larson, otro actor de la época conocido por su trabajo en la popular serie «Adventures of Superman», recuerda en el documental cómo en una ocasión, cuando se cruzó con Clift, él le dio un beso en la boca.
«No le preocupaba (ser gay)», zanjó Larson.