Gal Gadot es la elegida para encarnar a Cleoplatra, la faraona más célebre del Antiguo Egipto, en una nueva película donde volverá a rodar a las órdenes de Patty Jenkins, la directora de «Wonder Woman» y de su secuela, «Wonder Woman 1984». Pero la elección de la actriz israelí para dar vida al personaje histórico egipcio ha generado polémica de forma casi instantánea y las críticas no se han hecho esperar.

«Como habrán oído, me he unido a Patty Jenks y Laeta Kalogridis (guionista del proyecto) para llevar la historia de Cleopatra, reina de Egipto, a la gran pantalla de una manera que nunca antes se había visto. Para contar su historia por primera vez a través de los ojos de las mujeres, tanto detrás como delante de la cámara», escribió Gadot en Twitter en un mensaje en el que la actriz asegura que la de Cleopatra es «una historia que quería contar desde hace mucho tiempo».

Después de que saltara la noticia, son muchos quienes, a través de las redes sociales, han mostrado su descontento ante lo que consideran, una vez más, un blanqueo de Hollywood. Otro ejemplo del llamado ‘whitewashing’ que, como ya hiciera con la mítica Liz Taylor en la legendaria película de los sesenta, no opta por una actriz egipcia o de rasgos africanos para dar vida al personaje.

Un papel que también interpretaron Claudette Colbert y Vivien Leigh y que, durante muchos años, estuvo reservado para Angelina Jolie, que iba a ser protagonista de una nueva versión que nunca vio la luz.

En ese sentido, la propia guionista de la película especificó en Twitter que estaba ansiosa por escribir la historia de Cleopatra, «posiblemente la mujer griega macedonia más famosa de la historia».

Un mensaje con el que aprovecha para recordar los orígenes europeos de Cleopatra, que era descenciente de Ptolomeo I, un general grecomacedonio que estuvo al servicio de Alejandro Magno y que se proclamó rey de Egipto tras la muerte de este. Así que la legendaria faraona era de ascendencia macedonia y tenía poca sangre egipcia… si es que tenía alguna.