Sin grandes escándalos, sin hacer excesivo ruido, sin aires extravagantes de estrella. Así logró triunfar Matt Damon, que este jueves cumple 50 años como un tipo de aire normal que acabó convirtiéndose en uno de los actores más rentables y respetados de Hollywood.

Ganador del Óscar al mejor guion original por «Good Will Hunting» (1997) junto a su inseparable Ben Affleck, Damon (Boston, EE.UU., 1970) ha destacado paradójicamente por las escasas salidas de tono y noticias que ha dado más allá de los rodajes, algo que contrasta con la facilidad de su amigo del alma para atraer a la prensa del corazón.

Juntos comenzaron en el cine, de la mano han seguido trabajando en Hollywood y ahora se han vuelto a reunir como actores, ya que Damon y Affleck se verán las caras, nunca mejor dicho, en «The Last Duel», una película de Ridley Scott sobre un caballero y un escudero que resuelven sus diferencias midiéndose con la espada.

Quizá en la vida real tenga una apariencia de hombre corriente de la calle, pero en el cine ha hecho de todo.

Fue un genio de las matemáticas en «Good Will Hunting», desplumó casinos en la lujosa trilogía de «Ocean’s Eleven» (2001, 2004 y 2007), fue un agente secreto implacable pero amnésico en las cuatro cintas de Jason Bourne (2002, 2004, 2007 y 2016) y hasta plantó patatas siendo un astronauta en «The Martian» (2015).

Detrás de su apariencia convencional, algo tendrá de especial Damon para haber sido requerido por algunos de los cineastas más importantes del panorama contemporáneo.

Además de actor y guionista, Damon también ha probado suerte en la producción con mucho acierto en algunos casos, puesto que fue candidato al Óscar a la mejor película por ser uno de los responsables de «Manchester by the Sea» (2016).