Asesor Nacional de Respuesta a Desastres
Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas

  • Cuéntanos sobre la loable labor que realizas.

Trabajo para las Naciones Unidas en la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA por sus siglas en inglés) y me considero muy afortunado de ser parte tanto de la comunidad humanitaria global, como de América Latina y el Caribe y de México. Trabajar para apoyar a las personas tras un desastre o crisis es un gran privilegio, pero también representa una gran responsabilidad. Nuestra labor como personal humanitario se enfoca en salvar vidas, aliviar el sufrimiento de las personas, así como proteger a las personas afectadas, basándonos en los Principios Humanitarios Fundamentales que son: Humanidad (el sufrimiento humano debe de aliviarse dondequiera que ocurra); Imparcialidad (la acción humanitaria debe de realizarse sin distinciones de nacionalidad, raza, edad, género, religión, clase o política); Neutralidad (los actores humanitarios no debemos tomar partido en hostilidades; o basar nuestra acción en cuestiones políticas o ideológicas); y finalmente la Independencia (nuestra labor debe de permanecer independiente de objetivos que comprometan nuestra capacidad de actuar con base a los principios mencionados anteriormente).

Las y los actores humanitarios trabajamos desde muchos frentes diferentes (ya sea gobierno, ONGs, Sector Privado, Voluntariado, Movimiento de la Cruz Roja, etc). En mi caso, tengo el honor de trabajar para las Naciones Unidas que tiene como una de sus 4 labores fundamentales el asegurar una Asistencia Humanitaria oportuna, integral y de calidad para todas las personas que lo requieran. Esta labor debe de articularse y complementarse con las otras 3 labores fundamentales de la ONU: trabajar para asegurar y promover la Paz y la Seguridad; los Derechos Humanos y el Desarrollo Sostenible en el mundo.

  • ¿De dónde surge tu interés por dedicarte a la labor humanitaria?

Como muchas personas en el mundo, tuve desde temprana edad una fuerte vocación de servicio y de ayuda al prójimo. Considero la vida como una gran oportunidad para poder compartir y aprender de todo y de todos, y creo que estar ahí para acompañar a las personas a responder y rehabilitarse, particularmente en momentos de grandes desafíos y necesidades tras un terremoto, huracán, conflicto u otro tipo de desastre o crisis. Siento que mi propósito en este mundo se ve realizado. Vine a esta vida a realizar esta labor y la aprovecho para agradecer todas las bendiciones que he recibido. Tengo mucha suerte de poder aplicar en el terreno todo que he aprendido a lo largo de mi vida personal, profesional y académica, poniéndolo al servicio de las personas cuando más lo necesitan. Ha sido un honor sumar mis esfuerzos a los de otras y otros colegas humanitarios para facilitar la respuesta humanitaria en mi país, México, así como en otros países de la región y del mundo. Espero poder continuar participando para aportar mi “granito de arena” y hacer de este mundo un lugar más seguro, más pacífico y más resiliente.

  • Platicamos sobre OCHA, respecto al trabajo que realizan en beneficio de la humanidad.

Las Naciones Unidas desempeñan un papel central y único en el liderazgo y la coordinación de los esfuerzos de la comunidad internacional para apoyar a los países afectados por los desastres. Las Naciones Unidas deben velar por la pronta y eficaz entrega de la ayuda de emergencia en el pleno respeto de los principios antes mencionados, teniendo en cuenta las resoluciones de la Asamblea General, particularmente la Resolución 46/182 de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 19 de diciembre de 1991. Esta resolución destaca la importancia de la ayuda humanitaria internacional para ayudar a las víctimas de desastres y otras emergencias, en respeto a la soberanía de los países y complementando los esfuerzos de respuesta dentro de sus fronteras.

Esta Resolución (46/182) establece entre otras cosas, la creación de mi oficina -OCHA-, la cual es responsable de reunir a los actores humanitarios para asegurar una asistencia humanitaria eficiente y eficaz. OCHA moviliza la asistencia humanitaria internacional para asistir a las personas y cumple su mandato a través de cinco funciones básicas: la Coordinación; la Incidencia; la Gestión de la Información; el Financiamiento humanitario; y el desarrollo de políticas que apoyen y promuevan una acción humanitaria coherente y basada en principios.

  • ¿Cómo opera la oficina que coordinas?

OCHA tiene una presencia a nivel global, contando para nuestro trabajo en América Latina y el Caribe con una oficina regional en la Ciudad de Panamá. Desde ahí se coordinan nuestros apoyos en los diferentes países de la región para la preparación y la respuesta a emergencias y desastres. Nuestro trabajo es adaptado a los diferentes contextos en los cual operamos ya que mi trabajo en México puede ser, por ejemplo, diferente al de mis colegas en otros países. OCHA en nuestra región tiene presencia también en Guatemala, Honduras, El Salvador, Bolivia, Ecuador, Perú y tres Oficinas de País, una Haití, otra en Colombia y una más en Venezuela. Trabajamos en apoyo a los gobiernos y de los Sistemas de la ONU en los países, pero también a otros actores humanitarios clave tales como las ONGs, el Movimiento de la Cruz Roja, el Sector Privado, y otros. Las necesidades humanitarias en la región son importantes tanto por el impacto de fenómenos naturales como por aquellos desastres generados por la acción directa del ser humano. Hay mucho trabajo, y ahora con la pandemia por COVID-19 las necesidades humanitarias se están incrementando y la realidad operativa complejizándose aún más. Continuaremos trabajando y movilizándonos rápidamente a los lugares que requieran de nuestro apoyo, siempre bajo un espíritu de complementariedad y de respeto a los derechos de las personas y de los países.

  • De tu contacto cercano con personas que viven o padecen una calamidad ¿Qué enseñanza te ha dejado todo esto?

Creo que el haber sido testigo de grandes horrores y desolación me ha hecho más empático ante el sufrimiento de las personas, pero creo que la más grande lección ha sido ser testigo al mismo tiempo de la grandeza y resiliencia que tiene el espíritu del Ser Humano. Esto me ha hecho tener absoluta confianza en nuestra condición humana y en que podemos ser capaces de sobrepasar todos los desafíos que se nos presentan, aún en las situaciones más difíciles. He visto con mis propios ojos esta fuerza, esta determinación, y el poder creativo y curativo que todas y todos tenemos. Somos capaces de realizar cosas inimaginables cuando este poder despierta y se manifiesta. Creo que esta ha sido la principal enseñanza para mí a lo largo de todos estos años de trabajo.

  • ¿Por qué la importancia de conmemorar el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria?

El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria fue designado en memoria del ataque con bomba al Hotel Canal en Bagdad, Irak, el 19 de agosto de 2003. Veintidós personas murieron, incluyendo al jefe humanitario en Irak, Sergio Vieira de Mello, y varios otros empleados de la ONU. En 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas formalizó el día como el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria.

Este 19 de agosto de 2020, conmemoramos a los trabajadores humanitarios muertos y heridos en el curso de su trabajo, y honramos a todos los trabajadores humanitarios que proporcionan apoyo y protección a las mujeres, hombres y niños más necesitados, a pesar de las dificultades. Este año es nuevamente muy importante ya que rendimos un homenaje especial a los trabajadores de la salud que han hecho frente ante la pandemia de COVID-19.

  • En estos tiempos tan difíciles que se viven a nivel mundial qué mensaje enviarías a la ciudadanía.

El mensaje que enviaría sería el de invitar a nuestras conciencias a un despertar. De participar en un renacimiento de nuestra humanidad en este momento histórico. Tenemos ahora la gran oportunidad de crecer como especie y de ser mejores individualmente. Es momento de silenciar nuestro egoísmo y expresar lo mejor que todos y todas tenemos, cuidándonos mutuamente y a nuestro planeta. Nos necesitamos a nosotras y nosotros mismos sanos, positivos y responsables de la capacidad de acción que tenemos. Nos necesitamos juntos más que nunca para colaborar y encontrar las transformaciones necesarias para salir de todo esto fortalecidos y más resilientes.