Nació el 6 de julio de 1845, donde fue criada en circunstancias pobres e incluso trabajó como sirvienta. Dio sus primeras muestras de talento, apareciendo por primera vez en público a los ocho años, interpretando una canción de Donizetti. La buena impresión que dio le permitió estudiar en el Conservatorio Nacional de Música y debutar en la ópera a los 15 años interpretando a Leonore en «Il Trovatore» de Giuseppe Verdi, en el Teatro Nacional en la Ciudad de México.

Patrocinada para continuar sus estudios en Italia, hizo su debut en La Scala de Milán el 13 de mayo de 1862, en el papel principal de Donizetti de «Lucia di Lammermoor». Ángela también interpretó el papel de Amina en «La Sonnambula» de Vincenzo Bellini, ante el rey Víctor Manuel II en el Teatro Regio de Turín; entre 1863 y 1864 cantó en Roma, Nápoles, Florencia, Lisboa, Madrid y Barcelona, así como en Rusia y Egipto.

Durante su carrera iba a ser conocida por sus interpretaciones de Lucia, que cantó 166 veces, y Amina, con la que registró 122 actuaciones; también obtuvo elogios con la trágica Violetta de Verdi en «La Traviata», como Adina en la comedia de Donizetti «L’Elisir d’Amore», con la «Norma» de Bellini y con la «Aida» de Verdi.

De regreso a México en 1865 fue nombrada «Cantante de Cámara del Imperio», pero cuando el imperio cayó en 1866, regresó a Europa e hizo algunas presentaciones en La Habana y Nueva York en su camino.

Ángela dividió el resto de su carrera entre México y Europa, formando su propia compañía operística, en 1871.

En 1883, durante una gira al frente de su compañía, desembarcó en Mazatlán, donde alcanzó a dar una función, la última, antes de caer fulminada por la fiebre amarilla que asolaba por entonces al puerto sinaloense y que apagaría para siempre el hermoso canto del “ruiseñor mexicano”. Su deceso se produjo el 30 de agosto de 1883.

Hoy en día, teatros de las ciudades de Mazatlán y San Miguel de Allende llevan su nombre.

Fuente: inba.gob.mx