Caracas, Venezuela

Escultora y artista

20 años de trayectoria

Contacto: www.raquelzoco.com

Instagram y Facebook: Raquel Zoco

¿Cómo fue tu formación?

Estudié artes en Caracas, en el Instuto de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón. Salí en mención escultura, hice grabados, siempre me a gustado estar en varios medios. Salí y empezó mi vida profesional, viví por España, en Estados Unidos estuve poquitico, regrese a Venezuela y ahora estoy viviendo en Puebla, México. Me he especializado en cultura y joyería. Hace 8 años empecé a hacer joyería y aplicando cierta parte estética de la joyería a la escultura para hacer formas particulares y una joyería de autor original.

¿Por qué fue esta rama de las artes la que llamó tu atención?

Yo creo que uno elige el medio que mejor entiende. Es como si mi cabeza funcionara de forma tridimensional, en volumen y formas. Mi trabajo siempre se a centrado en las formas de la naturaleza, en tomar formas de la naturaleza, versionarlas, dirigirlas y plasmar una reinterpretación de estas en diferentes medios, pero siempre en formas y volumen con movimiento. En mi obra hay poco color quizás para enaltecer la pureza de la forma, para que sea más nítida, más limpia.

¿En dos décadas cómo a evolucionado tu forma de hacer arte?

Cambió mucho. Uno que viene de Venezuela, va en otro ritmo. Han pasado tantas cosas que ha hecho muy difícil mi labor. Ha sido todo muy convulsionado todo muy inestable. Entonces digamos que e tenido que reinventarme y transformarme constantemente porque bueno, estando allá (en Venezuela), estás haciendo en aluminio y desaparece el aluminio del mercado, entonces agarras madera y empiezas a trabajar en madera, pero desaparece la madera del mercado. Estás todo el tiempo reinventándote. Claro, tiene el punto negativo de que uno pierde un montón de tiempo y el punto positivo porque vas descubriendo más medios para trabajar.

¿Desde hace que tiempo radicas en México?

Llevo casi dos años. Estamos adaptándonos. Los procesos de adaptación en otro país son largos, pero muy interesantes y México es un país super amable, la gente de verdad aquí es encantadora, muy abierta, entonces esa adaptación ha sido más amable, más bonita que en otros sitios. Ha sido un tema de ir conociendo el sitio, pero sin choque, sin algo turbio, que estorbe. Además México es un país interesantísimo culturalmente, estoy disfrutándolo demasiado. Tratando de ir a cualquier lado que pueda porque es un país, para hacer kilómetros y kilómetros.

El conflicto social y político de Venezuela es de dominio público, ¿Tú en que momento decidiste que tenías que salir?

Es todo un proceso una evolución. Yo había ya pasado algunos años en España y estando en Venezuela decía: este es mi sitio, yo no me quiero ir. Entonces a mí me toco emigrar sin querer emigrar, porque migras por necesidad, porqué vez que ya no es la parte económica, que ya no vas a poder ganarte el sustento como lo haces, sino ya es la parte de seguridad. Pasaron algunas cosas en el entorno directo muy injustas, muy feas, que te dicen “mañana puedo ser yo”, porqué es una lotería y aparte tienes que sobrevivir a cinco meses de manifestaciones, hay hiperinflación… bueno ¿Cómo están hoy?, no tienen gasolina, no tienen cosas básicas y más allá, no tienen internet, no tienen cable. La gente de allá está viviendo un verdadero calvario para sobrevivir y al final uno se tiene que concentrar en la supervivencia.

A raíz de que pasaron unas cercanas todo se iba poniendo más difícil, y ya vi que había que salir, había que moverse para sobrevivir. Yo tengo una hija que inicia ahora la etapa universitaria y en Venezuela no había futuro con eso. El éxodo de profesores es tremendo, los amigos ya se habían ido, parte de mi familia ya se había ido. Allá todas las familias quedaron desmembradas, yo creo que hoy en día, no hay familia en Venezuela que no esté desmembrada, bien sea porque salieron o se fueron por temas de salud o por seguridad.

Todas las familias allá están fragmentadas y se ha generado un sufrimiento tremendo en la gente. Es una tragedia humana, lo que está pasando allá. Además ni siquiera se sabe bien hacia afuera que es lo que pasa y uno quiere algo digno, oportunidades, poder trabajar en lo que uno hace.

¿Cómo ha sido empezar de cero en México?

Poco a poco debo empezar. Ya venía mentalizada de que nadie aquí sabe quién es Raquel Zoco, entonces hay que trabajar duro, ir probando, no quedarse quieto, probar en una galería aquí, otra galería allá. A conocer gente y a echarle adelante. En este tiempo he estado en exposiciones colectivas en la Ciudad de México y con unos amigos en Tlaxcala.

Venezuela se ha quedado atrás en muchas cosas, entonces cuando uno llega y de repente empieza a vivir ciertas cosas con normalidad, que de repente ya no está acostumbrado, por ejemplo ir al mercado y comprar de todo. Eso ha sido de ¡Ah, que bien! ¡Puedo hacerlo!, qué bueno que no debo ocuparme de cosas básicas y elementales y puedo dedicarle más tiempo a mi trabajo, a mi hija, a conocer, a pasear, cosas que son normales para los mexicanos. Algo que para todo el mundo es normal, menos para los venezolanos.  Ahora puedo trabajar con el material que quiera, cuando quiera, porque va a haber, va a estar al mismo precio. Con los materiales se sufría mucho en Venezuela.

¿Por qué fue México el lugar elegido para volver a empezar?

Soy de espíritu latinoamericano, estuve por Europa y es muy lindo, son países extraordinarios pero no pegan mucho a mi manera de ser. Tengo espíritu latinoamericano y punto. Cuando vi que tenía que salir de Venezuela me puse a investigar varios países, iba llamando a los amigos, preguntándoles como estaban y México me llamo la atención, primero porque es un país muy diverso, tiene economías diversas y segundo se mueve el arte mucho, el nivel cultural es alto, tiene la cultura viva. De alguna manera todo se dio. En el momento que yo vi México, todo encajo para que yo me pudiera venir y ha sido una gran bendición es un gran país.

Con lo vivido en Venezuela y con lo que estamos viviendo ahora a nivel mundial por la pandemia por coronavirus, ¿Cuál es tu reflexión?

Hay que ser muy equilibrados, los extremos son dañinos para todo. Extremo en descuido y extremo en paranoia. Ambas cosas son difíciles. Esto va a pasar. La pandemia va a pasar. Va a dejar huella, va a dejar sufrimiento en mucha gente, pero va a pasar y lo que uno tiene que hacer es estar preparado para cuando pase, poder seguir uno su desarrollo. A todos se nos ha detenido la vida en mayor o menor medida. Pues hay que seguir trabajando, aunque sea estando aislado, porque no podemos permitir que ataque la depresión, que es peor que el coronavirus. Hay que seguir con mesura.

¿Estás trabajando algún proyecto actualmente?

Estoy trabajando en foliografías, son cuadros que están prácticamente recién hechos. Es la primera vez que me pongo a trabajar en cuadros, pero claro, conseguí la manera de trabajar volumen en cuadros y los estoy moviendo muy bien, han tenido una recepción muy buena. Los estoy disfrutando un montón. Y estoy entrando a galerías, estoy en Puebla en el Triángulo y en otra galería en Tlaxcala.