Las estrellas están varadas en casa, la playa que sirve como telón de fondo permanece cerrada y la prestigiosa sede del Festival de Cine de Cannes ahora sirve como albergue para personas sin hogar. Cannes debió estar abarrotada de luminarias del cine el martes pasado, cuando iba a inaugurarse el festival anual. Pero en estos tiempos de coronavirus, la Riviera francesa se ha convertido en una ciudad fantasma.

El festival de cine más grande del mundo se canceló por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.

Un par de residentes con máscaras está sentado al borde del paseo marítimo vacío para tomar el sol de la mañana, sus pies colgando sobre la arena junto a un letrero que dice “Acceso y nado prohibido”. Un grupo de personas mayores juegan a la petanca en silencio junto a las calles vacías.

La emblemática valla publicitaria reservada cada año para el festival le da en vez en grandes letras “GRACIAS” a los trabajadores de la salud que lidian con la pandemia.

“Estoy agobiado por un gran sentimiento de melancolía y nostalgia”, dijo el delegado general de Cannes Thierry Fremaux a la publicación Screen Daily sobre la suspensión del festival. “Cannes sólo se había cancelado una vez, por la Segunda Guerra Mundial, y se interrumpió una vez en mayo del 68”.

“Nunca habría podido imaginar algo así. ¿Quién podría haber previsto que tantos países alrededor del mundo iban a ser alcanzados por la epidemia?”, agregó Fremaux.

Mientras la cancelación representa un duro golpe para las estrellas y directores de cine a los que promueve y homenajea, también ha devastado a montones de negocios y contratistas anónimos que dependen del festival.

“Para nosotros es realmente una gran pérdida. El festival representa una gran parte de nuestros ingresos anuales, así que es un problema muy serio”, dijo Joseph Rappa, propietario de un kiosco de golosinas.

Para otros, es aún peor.

Pierre Dambrine trabaja construyendo puestos de películas dentro del Palacio del Festival, el complejo de edificios retro donde se realizan las proyecciones y ceremonias de premiación.

“No hay más trabajo en absoluto. No sabemos para nada cuándo se reanudarán las cosas”, dijo Dambrine.

Desde marzo, el gobierno local cambió la función del complejo de edificios del festival para recibir a personas sin hogar. Cada día decenas de nuevos residentes pueden verse caminando en un área cercada donde periodistas solían entrevistar a actores como Marion Cotillard y Leonardo DiCaprio.

Algunas tiendas comenzaron a reabrir en Francia el lunes. En Cannes, algunas boutiques de lujo como Valentino y Saint Laurent iban a abrir el martes, pero el ánimo sigue decaído. El famoso Hotel Martinez, donde se hospedan muchas estrellas en Cannes durante el festival de 12 días, permanecerá cerrado por lo menos un mes más.

Fremaux ha expresado pesimismo sobre el futuro inmediato de la industria del cine, pero dijo que se recuperará.

Señaló que la cancelación de eventos este año no impedirá que el festival reconozca al talento cinematográfico, y que los organizadores de Cannes planean anunciar una selección oficial de 2020 a principios de junio.