Como una joven creciendo en los 80 y 90 en el vecindario de Hell’s Kitchen en la ciudad de Nueva York, Alicia Keys recuerda que usaba ropa holgada adrede y botas Timberland para ir y venir del apartamento de una sola habitación donde vivía con su madre.

No usaba colores vivos. No se peinaba de ninguna manera que pudiera generar atención. Ni siquiera se pintaba las uñas.

En parte el estilo de Keys, una autoproclamada «tomboy» (chica poco femenina), era de su propia preferencia. En parte, y principalmente, por su propia protección.

«Había proxenetas y prostitutas por todos lados. Teníamos esos cines XXX… Adictos a la heroína, adictos al crack — esas calles estaban llenas de todas esas personas en todas esas situaciones», dijo Keys a The Associated Press en una entrevista reciente. «Como una mujer joven, definitivamente aprendí desde temprano cómo llamar la atención lo menos posible, cómo pasar desapercibida por esos lugares».

«Para hacerlo, definitivamente no podía usar ropa de colores o minifalda o las uñas largas», agregó. «Esa era la antítesis de lo que tenía que hacer para separarme de ese entorno en el que estaba caminando».

Funcionó, y le permitió a Keys, hija de una madre soltera, tomar el metro a la escuela y tocar música sin que la perturbaran mientras su madre trabajaba largas horas. Esta es sólo una de las muchas historias reveladoras que la superestrella galardonada con el Grammy cuenta en «More Myself: A Journey», su nuevo libro.

«More Myself» lleva a los lectores desde la infancia de Keys hasta su debut estelar en 2001 y la actualidad, cuando está a punto de lanzar su séptimo álbum de estudio, «ALICIA» (15 de mayo), con una carrera multidimensional y una sólida vida familiar junto a su esposo, el músico Swizz Beatz, y sus dos hijos.

Keys pasó los últimos dos años escribiendo el libro, tomándose su tiempo para reflexionar profundamente sobre su vida y exponerlo todo. Se abre sobre su madre sorteando la decisión de tenerla tras enterarse que estaba embarazada luego de haber salido brevemente con su padre, y de su propia decisión, décadas después, de tener a su segundo hijo en «el peor momento posible», cuando estaba trabajando en un nuevo álbum y su esposo había sido admitido a Harvard. Además, dijo que ella había estado bebiendo mucho.

En «More Myself», también devela su proceso de composición; sus interacciones con leyendas como Stevie Wonder y Prince, quien criticó su sonido en uno de sus conciertos; y su extensa relación secreta con el productor Kerry Brothers Jr., quien trabajó en los primeros cuatro discos de Keys, incluidos los éxitos «Diary» y «No One».

También recuerda que se sintió agotada tras lanzar su segundo álbum; su tumultuosa relación con su padre; el momento en que conoció a su ahora esposo cuando ambos eran músicos adolescentes; y hasta las preguntas sobre su sexualidad que le hacían al principio de su carrera.

«¿Cuántas veces realmente miras atrás y tienes el espacio suficiente desde entonces para darte cuenta cómo afecta lo que estás haciendo ahora, o lo que sea que quieras comenzar ahora? Honestamente, me siento muy bien. Hasta el momento que estamos atravesando en este planeta se siente justo. Se siente como la conversación correcta», dijo Keys. «Quiero que la gente se meta. Estamos en este viaje. Esta es mi historia personal, pero aplica a todo el mundo».

Keys le acredita a su madre, que a los 19 años dejó Toledo, Ohio, para perseguir una carrera como actriz en Nueva York, y a un piano que les obsequiaron, por ayudarla a enamorarse de la música y querer dedicarse a ella profesionalmente.

Keys incluso desertó de la Universidad de Columbia, renunciando a una beca, para dedicarse a su carrera y primer contrato discográfico, con Columbia Records. Pero las cosas no funcionaron y con el tiempo firmó con Clive Davis y su sello J Records a través de Sony.

Davis, el emblemático ejecutivo musical que ha hecho superestrellas de Whitney Houston y Barry Manilow y creó segundos actos para Aretha Franklin y Carlos Santana, le escribió personalmente a Oprah Winfrey sobre su nueva cantautora y le pidió que la incluyera en su popular programa de entrevistas. Tras verla actuar, la presentadora lo hizo.

Casi 20 años después, Winfrey y Keys son buenas amigas, y «More Myself» sale a través del sello An Oprah Book de Flatiron Books (todas las ganancias de Winfrey bajo este sello son destinadas al Club de Niños y Niñas de Kosciusko).

«Me siento como una mamá, hermana, amiga de ella. De muchas maneras el tipo de parentesco, admiración y adoración que Maya (Angelou) sentía por mí, yo lo siento por ella. Lo sentí desde el primer momento que tocó esa tecla en mi programa e hizo ‘Fallin’. Estaba impactada con esta joven», dijo Winfrey en una entrevista con AP. «No fue hasta que leí su libro que supe que éramos realmente espíritus tan similares. Al leer su libro, siento y veo tanto de mí en su historia, aunque no sea la misma historia. Espero que otros vean lo mismo».

Winfrey está entre los amigos famosos de Keys que ayudan a presentar los capítulos en «More Myself»; entre los participantes, además de sus padres, están Swizz Beatz, Michelle Obama, Bono y Jay-Z, quien dijo que al principio pensó pedirle a la también neoyorquina Mary J. Blige que colaborara en el megaéxito «Empire State of Mind» antes de llamar a Keys. Los invitados también prestaron sus voces para el audiolibro, que Keys narra y hasta canta.

«Toda su historia es sobre una mujer que aprende cómo avivar la llama del deseo de su propio corazón. Así que cuando canta ‘This girl is on fire’ (‘esta chica está en llamas’), eso viene de un lugar muy real», dijo Winfrey. «Estoy muy feliz de cómo resultó. Simplemente si sigo hablando de ella podría ponerme a llorar. Para mí ella personifica que significa tener luz. Mucha gente dice ‘te amo; amo tu luz; amor y luz’. Ella es eso. Es un ejemplo vivo de eso».