Isabel “Coca” Sarli, quien se saltó las convenciones en la Argentina de las décadas de 1960 y 70 al protagonizar películas de alto voltaje erótico, falleció el martes a las afueras de Buenos Aires. Tenía 83 años.
La popular actriz murió en un hospital cercano a la capital, donde estaba internada desde fines de mayo por una infección urinaria que con los días empeoró.
La Asociación Argentina de Actores lamentó el deceso en su cuenta de Twitter. “Durante su extensa trayectoria obtuvo un gran reconocimiento popular. Su filmografía trascendió las fronteras y la llevó a convertirse en un ícono de nuestro cine”, afirmó de la artista.
“Coca”, cuyo verdadero nombre era Hilda Isabel Gorrindo Sarli, fue la actriz más deseada de Argentina gracias a cintas en las que exhibió sus voluptuosas curvas en memorables desnudos, dirigidas por su marido, Armando Bó.
Algunas de sus películas más recordadas son “El trueno entre las hojas”, la primera de un largo repertorio en la que se mostró por primera vez desnuda nadando en un lago; “Carne”, “Fiebre” y “Furia infernal”.
Varios de los trabajos de Sarli se convirtieron con el tiempo en películas de culto por su contenido entre naif y kitsch.
La actriz no era querida por los críticos cinematográficos y sus filmes soportaron la censura de muchas escenas, pero cosechó el amor popular por la inocencia que exhibía fuera de cámara y la transgresión que hacía valer en la gran pantalla.
El martes, numerosos usuarios de redes sociales la ensalzaron al recordar que fue una de las mujeres argentinas “más bellas” y “exuberantes”.
Sarli fue modelo publicitaria y, tras ser elegida Miss Argentina en 1955, se le abrieron las puertas del mundo artístico. Poco tiempo después entabló una relación con Bó, de quien fue musa y el cual la llevó al estrellato con un cine erótico que en la actualidad resultaría ingenuo.
Sarli y Bó protagonizaron juntos algunas de las más de 20 películas en las que él la dirigió, entre ellas “La burrerita de Ypacaraí”, “Lujuria tropical”, “La leona” y “La tentación desnuda”. Mientras, mantuvieron una larga relación que nunca fue oficializada porque el director estaba casado.
La actriz se hizo famosa en México, Paraguay y Centroamérica y sus películas también llegaron a Estados Unidos. “Fuego”, filmada en parte en Nueva York y estrenada en 1969, se exhibió en unas 80 salas de ese país. También rodó en Venezuela, Paraguay y Brasil.
Sarli relató tiempo después a la prensa que desnudarse ante la cámara era como ir “a la oficina” para trabajar y que después, al volver a su casa, le aguardaban los reproches de su madre.
En 1996, 15 años después de su retiro a raíz de la muerte de quien fuera su gran amor, volvió a la pantalla grande con “La dama regresa”, de Jorge Polaco. En 1998 debutó en el teatro de revistas con la obra “Tetanic”. Y en 2009 participó en los filmes “Mis días con Gloria” y “Arroz con leche”.
En 2008 recibió un homenaje en el Festival de Cine de Mar del Plata y dos años más tarde fue objeto de una retrospectiva organizada por el Lincoln Center en Nueva York. En 2012 fue nombrada Embajadora de la Cultura Popular Argentina al ser “tanto por sus dotes de actriz cinematográfica como por estar considerada un icono popular de su época”.
Sarli pasó los últimos años alejada de las cámaras. En 2018 aceptó ser entrevistada por el irreverente cineasta John Waters durante la asistencia de este último al Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI). En esa oportunidad afirmó que durante su carrera recibió ofertas de trabajo de varios realizadores norteamericanos, las cuales rechazó porque sólo quería filmar con su marido.
También valoró ante Waters, un gran admirador de la actriz, que en Argentina las censura fuera un triste recuerdo y que hoy en día se pudiera ver “de todo” en la televisión.
Sarli deja dos hijos, Isabelita y Martin, que fueron adoptados.