Recuerdo cuando Rogue One: Una historia de Star Wars se estrenó, me mostré muy entusiasta con lo que se nos contó, una historia que venía a expandir y enriquecer los sucesos previos al primer episodio de esta querida saga del cine.
El rumbo que tomaba Lucasfilm de la mano de Disney se antojaba interesante, han venido incluso a romper paradigmas con el último episodio titulado Los Últimos Jedi, el cuál dividió a fans, donde o unos amaban la decisión de “dejar ir el pasado, incluso matarlo” y otros odiaban el exceso de confianza del director Rian Johnson para romper paradigmas dentro de esta nueva etapa de la franquicia.
Ahora, siguiendo la marca “Una historia de Star Wars”, la cual dentro del universo cinematográfico se busca develar lo que ha detrás de sucesos o personajes importantes dentro de la historia creada por George Lucas, llega este fin de semana a salas de cine la historia detrás del contrabandista galáctico favorito de muchos: Han Solo.
No es secreto el caos que significó la producción de este spinoff, donde los creadores de La gran aventura Lego, Chris Miller y Phil Lord, serían los responsables de contarnos los orígenes de Solo y su eterno compañero de Kashyyyk, Chewbacca.
Pero, al parecer los creadores se estaban tomando muy a la ligera la responsabilidad y a la presidenta de Lucasfilm, Katheleen Kennedy, no le gustó el rumbo que estaba tomando el proyecto, por lo que no solo le dieron las gracias a los directores, si no se cambió el guion y estilo que habían propuesto.
Sorprende porque Rogue One significó un arriesgue importante dentro de esta saga, con resultados satisfactorios, sin embargo, al quite entró el ya experimentado en blockbusters Ron Howard para tomar la titánica tarea de “rescatar” esta película.
Han Solo: Una historia de Star Wars nos cuenta cómo es que Han llega a ser el contrabandista más legendario de la galaxia, en una película que literalmente se encarga de replicar las historias que solo se mencionaban en las películas originales como grandes hazañas del personaje.
Y… nada más. El guion no explora más allá del personaje y solo se dedica mostrarle al fan eso que tanto se contó en la saga original.
Contra todo pronóstico y callando los rumores de que no iba a poder con el papel, Alden Ehrenreich cumple como Han Solo, siendo su tarea más importante, figurar las expresiones de Harrison Ford. Por otro lado, sobre sale en el el
enco Donald Glover como Lando Calrissian, así como Woody Harrelson. Emilia Clarke, para el olvido.
El gran acierto de la película, pese a ser totalmente innecesaria, es que su ritmo narrativo se mantiene en una constante de acción sin parar, haciendo de sus más de dos horas de metraje un producto bastante entretenido y para nada aburrido.
La música compuesta por John Powell, inspirado en el trabajo de John Williams resulta exquisita. Memorable.
Al final, esta película fuera del serial episódico, en comparación con Rogue One, puede pasar por alto para aquellos que no son tan fanáticos de la saga, pero los fans la disfrutarán por las referencias a la saga original y la excelente producción.
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