El actor Javier Bardem paso el mes de mayo por Cataluña para subirse por unas horas a un barco que atraca en el puerto de Blanes y recuperar plástico del mar con el que una empresa fabricará gafas de sol con el objetivo de frenar la contaminación de las aguas marinas.

«Hemos estado un par de horas en el mar, han tirado la red y ha salido de todo, desde balones a tuberías, banderines, botellas, pelotas de golf o redes viejas que tardan 300 años en descomponerse», ha explicado el actor

La conexión de Javier Bardem con este proyecto procede de su colaboración con la marca Chivas que, a su vez, es responsable de una iniciativa para incentivar económicamente a empresas que innovan con acciones que tienen un impacto social en todo el mundo.

Bardem ha prestado su imagen y colaboración a Van den Abelee desde la «desazón» que le produce el problema de los plásticos: «Somos unos adictos, estamos enganchados a su uso constante, diario y masivo» .

«Todo viene plastificado, lo hay de un solo uso que es innecesario y ésa es la sociedad en la que vivimos, pero tenemos que pensar cómo reconducir eso porque como lo estamos haciendo no funciona, estamos generando toneladas de material inservible que es muy tóxico, los peces lo están devorando y los hay que no se están reproduciendo ni creciendo«, explica.

Por ello, Bardem no ha dudado en desplazarse a Blanes para prestar su imagen a la acción de Sea2See y poner los focos «sobre el proceso desde que sale el barco hasta que la basura se convierte en gafas de sol», convencido de que puede ser un camino para concienciar.

Entre las iniciativas para frenar la producción de plástico, el oscarizado intérprete de «No es país para viejos» destaca la campaña de Chivas para abandonar el uso en todo el mundo de cañitas y agitadores de cóctel, todo material de un solo uso.

Junto a Bardem, François van den Abeele ha estado también en Blanes y ha explicado que Sea2See es su reacción después de ver que «el mar se está muriendo, que está plastificado«. La empresa está presente en una treintena de puertos catalanes, que recogen una tonelada diaria de basura de las aguas. «Esa cantidad es poca«, señala Van den Abeele cuando ve la cara de sorpresa de sus interlocutores y lo justifica en que procede únicamente de la costa catalana.

Van den Abeele insta por último al mundo de la moda, al que señala como uno de los más contaminantes, a intervenir y lanza un mensaje especialmente duro: «Hoy día sabes el color de la temporada que viene con imágenes de satélite al ver el de los ríos en China a causa de los tintes».