Edad: 32 años
Hija: Julieta, 4 años
¿Qué sentiste cuando te enteraste que estabas embarazada?
Primero un poco de temor e incertidumbre, pero luego de unas horas ya estaba enamorada de la idea de tener un bebé y aunque me imaginaba solo la parte divertida. Experimenté mucha emoción y me sentía impaciente por saber si era niña o niño.
¿Cómo cambió tu modo de ver la vida desde que te convertiste en madre?
Ahora todo gira en torno a Julieta y sus necesidades. Automáticamente al ser mamá se te abre un mundo de posibilidades y situaciones desconocidas, descubres cosas de ti misma que jamás imaginaste: creces. Tener un hijo hace que siempre tengas esa sensación de poder lograr lo que te propones, te da esperanzas y fuerza en todo y para todo. Así que ahora veo la vida de manera más positiva y con más enfoque en nuestras prioridades.
¿Cómo asumes la responsabilidad de educar a un niño?
Educar a un hijo es la tarea más compleja que conozco, pero sin duda también es la tarea más bonita del mundo y la única en la que recibes constante retroalimentación y recompensa de la persona más importante en tu vida. Así que he ido aprendiendo a disfrutarla cada vez más y más. Siempre buscó hacer lo mejor y me permito equivocarme para aprender de ello.
¿Qué mundo quieres para tu hija?
Me encantaría un mundo que no esté divido por intereses económicos, sociales, culturales ni mucho menos políticos o religiosos. Un mundo con valores. Por eso es muy importante para mí permitirle a Julieta la libertad de crearse sus propios conceptos y perspectivas. Yo trato de guiarla siempre hacia la bondad y la honestidad.
Desde que eres madre, ¿qué aspectos personales han cambiado?
La maternidad es una experiencia que cambia por completo tu vida, tanto física como mentalmente. Cuando te conviertes en mamá en automático rediseñas tus rutinas diarias, tu estilo de vida se vuelve completamente diferente y tus intereses cambian; muchas cosas que para ti eran importantes dejan de serlo y te enfocas en nuevos temas de interés. Con la maternidad te das cuenta que tu manera de pensar cambia a tal grado, que las cosas adquieren un valor distinto. Por ejemplo, dejas de ser dueña de tu tiempo, pero no es algo que importe tanto como antes de tener hijos. Desde luego, uno quiere tener la oportunidad de hacer muchas cosas, sin embargo, esto me ha enseñado a valorar muchísimo esos pequeños momentos a solas y a reírme mucho más cuando estoy con mis amigas. Aprendes a valorar más a tu familia y a demostrar más tu cariño por ellos. He aprendido a ir con calma en la vida porque el ritmo ya no depende de mí, entonces valoro detalles que antes tal vez no notaba: se vuelven más importantes todas esas cosas que te enriquecen el corazón y te hacen reír.
¿Qué valores te gustaría transmitir a tu hija?
Siempre he pensado que lo más importante para poder tener una vida feliz es moverte según tres valores, la honestidad, la valentía y la bondad. Honestidad contigo mismo para poder aceptar, afrontar y defender quién eres y, honestidad con los demás para poder crear vínculos sanos y felices. De la mano está la valentía para poder asumir lo que eres, lo que piensas; se necesita valentía para afrontar tus emociones, expresarlas y hacer lo necesario para lograr lo que te propones. La bondad es para que nuestra visión de la vida sea menos egoísta y nuestras metas siempre tenga intenciones nobles. Definitivamente esos son los tres de los valores que considero más importantes en el desarrollo de cualquier niño.
¿Cuál es el mayor reto al que te enfrentas por ser mamá?
En un mundo lleno de estereotipos, creo que lo más difícil para mí hasta ahora es apegarme al estilo de crianza respetuosa, en la que intento no presionarla o sobre estimularla en su desarrollo. Busco darle todas las herramientas a Julieta para que con ellas sea libre de ser ella misma y de crear. Para mí es muy importante que se sienta con libertad de expresar toda su subjetividad, sin temor a ser corregida o criticada. Este tipo de crianza está basada en el apego seguro y la empatía con sus emociones y necesidades, en la cual los límites se establecen de manera muy diferente. Muchas veces es difícil que las personas tengan esta apertura para aceptar este tipo de maternidad. En ocasiones esto es mal visto y no faltan los falso consejos o comentarios incómodos. Creo que Julieta y yo a pesar de que pasamos nuestros malos ratos como todo el mundo, tenemos un vínculo con muchísima sintonía y estoy segura que tiene que ver con este tipo de crianza.
Fotografía: Carmen Bravo y Ramiro Montes de Oca de Lovart Studio
Locación: Exclusivo fraccionamiento
Makeup & Hairstyle: Sashé Estética